Loque americana es el nombre de una enfermedad que se ha convertido en una de las mayores amenazas para la supervivencia de las abejas. Está causada por el bacilo Paenibacillus larvae, que no afecta a los ejemplares adultos, pero sí a las larvas.

El bacilo penetra en las colmenas a través de las abejas nodrizas que pueden introducir comida contaminada con el microorganismo. El bacilo genera unas endoesporas que infectan a la larva, y se multiplican hasta matarla. Y, una vez que han acabado con su víctima, se trasladan a otra repitiendo el proceso. De hecho, el bacilo puede seguir causando estragos en la colonia de abejas, años después de que se haya producido la infección inicial.

Pero, ahora, investigadores de la Universidad de Helsinki han diseñado una vacuna que puede frenar a este bacilo. Se administra en forma de cebo de azúcar que se coloca en la colmena, para que sea devorado por la reina. Y, así, esta transmite la inmunidad a sus crías.

Hasta hace muy poco, se creía que no e podían diseñar vacunas para insectos, ya que estos no generan anticuerpos. Pero estudios más recientes descubrieron que en algunas especies de insectos, entre ellas las abejas, los ejemplares adultos que habían sido expuestos a una bacteria, generaban una proteína llamada vitelogenina, que les concedía una cierta inmunidad, y que además podían traspasar a sus descendientes.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López