Científicos del Instituto del Cáncer Dana-Farber, liderados por Ramesh Shivdasani, han descubierto que los tejidos adultos conservan una memoria, inscrita en su ADN, de las células embrionarias de las que surgieron. El descubrimiento llevó a uno aún más intrigante: dicha memoria es totalmente recuperable. En ciertas condiciones, las células pueden reproducir la historia de su desarrollo a la inversa para volver a activar los genes que estaban activos en el estado fetal.

Los hallazgos, publicados en Molecular Cell, anulan la suposición científica prevaleciente de que los tejidos adultos tienen poco rastro de sus orígenes embrionarios.

El descubrimiento es especialmente relevante para el campo de la medicina regenerativa, porque sugiere que las células de los pacientes pueden ser inducidas a una etapa más temprana del desarrollo y luego permitir que maduren hasta convertirse en tejidos adultos que se pueden usar para reemplazar órganos enfermos. También es prometedor para la investigación del cáncer.

«Descubrimos que las células adultas mantienen un catálogo de todos los genes en uso al principio del desarrollo – explica Shivdasani en un comunicado –, un registro de la etapa en que se forman los órganos y los tejidos dentro del embrión. Más allá de la mera existencia de este archivo, nos sorprendió descubrir que el acceso al mismo no se cierra por completo, sino que las células pueden acceder a él bajo ciertas condiciones. Las implicaciones de este descubrimiento son potencialmente muy importantes”.

Juan Scaliter