Un reciente estudio, publicado en Scientific Reports, muestra que los osos, al menos una especie en particular, son capaces de imitar con gran precisión las expresiones faciales de otros osos, una cualidad que arroja dudas sobre la supremacía de los humanos y de otros primates en esta forma sutil de comunicación.

De hecho es la primera vez que se observa un mimetismo facial exacto fuera de los humanos y los gorilas. El mimetismo facial es cuando un animal responde a la expresión facial de otro con la misma o similar expresión.

La investigación, liderada por Marina Davila-Ross, se ha centrado en el oso malayo (Helarctos malayanus). El equipo de Davila-Ross estudió 22 de estos animales nativos del sudeste de Asia, durante sesiones de juego espontáneas a lo largo de más de dos años. Los osos malayos son una especie solitaria, pero al mismo tiempo muy lúdica, miden entre 120 y 150 cm de altura y pesan hasta 80 kg. Actualmente son una especie en peligro de extinción.

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Los resultados mostraron que los osos pueden usar expresiones faciales para comunicarse con otros de una manera similar a los humanos, lo que sugiere que otros mamíferos también pueden poseer esta compleja habilidad y, además, tienen un grado de sensibilidad social.

“Imitar las expresiones faciales de otros de manera exacta – explica Davila-Ross en un comunicado – es uno de los pilares de la comunicación humana. Se sabe que otros primates y perros se imitan unos a otros, pero solo los grandes simios y los humanos, y ahora los osos malayos, mostraron una complejidad tan alta en el mimetismo facial. Debido a esta complejidad y al hecho de no tener un vínculo evolutivo especial con los humanos, estamos seguros de que esta forma más avanzada de mimetismo está presente en otras especies, sin embargo, esto necesita ser investigado más a fondo. Lo más sorprendente es que el oso malayo no es un animal social. En la naturaleza, es un animal relativamente solitario, por lo que sugiere que la capacidad de comunicarse a través de expresiones faciales complejas podría ser un rasgo generalizado en los mamíferos que les permite tratar mejor con sus semejantes”.

Juan Scaliter