Durante décadas hemos pensado cómo modificar el clima marciano para que hacer que el planeta rojo sea habitable para los humanos. Carl Sagan fue el primero fuera del ámbito de la ciencia ficción en proponer terraformación. En un artículo de 1971, Sagan sugirió que la vaporización de las capas de hielo del polo norte “producirían mayores temperaturas globales a través del efecto invernadero y una probabilidad mucho mayor de agua líquida».

El trabajo de Sagan inspiró a otros, pero la pregunta clave es: ¿hay suficientes gases de efecto invernadero y agua en Marte para aumentar su presión atmosférica a niveles similares a los de la Tierra? Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard, la NASA y la Universidad de Edimburgo, tienen una nueva idea. En lugar de intentar cambiar todo el planeta, ¿qué pasaría si adoptara un enfoque más… regional?

Los expertos sugieren que las regiones de la superficie marciana podrían hacerse habitables con un material, el aerogel de sílice, que imita el efecto invernadero atmosférico de la Tierra. De acuerdo con el estudio, publicado en Nature Astronomy, un escudo de dos a tres centímetros de espesor podría transmitir suficiente luz visible para la fotosíntesis, bloquear la radiación ultravioleta peligrosa y elevar las temperaturas por debajo del punto de fusión del agua de forma permanente, todo sin la necesidad de una fuente de calor interna.

Para desarrollar esta idea, los científicos se inspiraron en un fenómeno que ya se produce en Marte.

A diferencia de las capas de hielo polar de la Tierra, que están hechas de agua congelada, las capas de hielo polar en Marte son una combinación de agua helada y CO2 congelado. Al igual que su forma gaseosa, el CO2 congelado permite que la luz solar penetre mientras atrapa el calor. En el verano, este efecto invernadero de estado sólido crea focos de calentamiento debajo del hielo.

«El aerogel de sílice es un material prometedor porque su efecto es pasivo – explica la coautora del estudio Laura Kerber –. No requiere grandes cantidades de energía o el mantenimiento de piezas móviles para conservar un área caliente durante largos períodos de tiempo. Marte es el planeta más habitable de nuestro Sistema Solar, después de la Tierra. Pero sigue siendo un mundo hostil para muchos tipos de vida. Un sistema para crear pequeñas islas de habitabilidad nos permitiría transformar Marte de una manera controlada y escalable”.

“Este enfoque regional para hacer habitable a Marte es mucho más factible que la modificación atmosférica global – explica Robin Wordsworth, coautor del estudio – . A diferencia de las ideas anteriores para hacer que Marte sea habitable, esto es algo que se puede desarrollar y probar sistemáticamente con los materiales y la tecnología que ya tenemos. Distribuido en un área lo suficientemente grande, no necesitaríamos ninguna otra tecnología, solo una capa de aerogel y tendríamos agua líquida permanentemente”. El próximo paso es probar el material en climas similares a los de Marte en la Tierra, como los valles secos de la Antártida o Chile.

Juan Scaliter