En la región de Victoria, en Australia, se estaban produciendo numerosos casos de canguros que mostraban un comportamiento realmente extraño. Les costaba mantenerse en equilibrio, movían la cabeza sin sentido alguno, e incluso se caían y chocaban entre ellos o contra los árboles. A simple vista, los síntomas coincidían con los de una persona en estado de embriaguez.

Pero ahora las autoridades australianas han descubierto la verdadera causa. Los animales sufrían un trastorno nervioso causado por la ingesta de una planta llamada Phalaris aquatica. Se trata de una especie invasora altamente tóxica, ya que contiene alcaloides que afectan al sistema nervioso central, provocando lo que se conoce como «temblores de falaris».

Si la intoxicación se pilla en sus primeras etapas, el animal puede recuperarse. Pero si se encuentra muy avanzada, la única medida posible es practicarle la eutanasia al canguro afectado.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López