En agosto del año pasado, el huracán Harvey provocó una gran devastación en el sur de Estados Unidos. Pero este fenómeno atmosférico tardó casi un mes en llegar desde la costa de África hasta la de América. Un ritmo demasiado lento. Y no es un caso aislado. Un nuevo estudio realizado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, confirma que la velocidad de estos fenómenos atmosféricos ha disminuído un 10% de media desde el año 1949.

Y esa desaceleración tiene consecuencias catastróficas, ya que en algunos casos provoca que el ciclón quede estancado sobre un determinado territorio, lo que aumenta la cantidad de lluvia que cae, aumentando tambiénlas posibilidades de inundaciones catastróficas. En el caso del citado Harvey, un fenómeno de inversión de viento mantuvo al huracán cinco días detenido sobre el territorio de Texas, lo que causó unos daños terribles.

Pero, ¿a qué se debe esta desaceleración de los ciclones tropicales? A diversas causas, pero todas ellas vinculadas al cambio climático. Los investigadores han comprobado que esa disminución de su velocidad se ha producido en el período en el que las temperaturas terrestres han aumentado 0,5ºC. Y conforme sigan aumentando, lo hará también la desaceleración de estos fenómenos atmosféricos.

El estudio también explica que los ciclones se han ralentizado en ambos hemisferios, pero un poco más en el norte. Especialmente en la zona del Pacífico Norte, donde la desaceleración ha sido de un 20%.

Fuente: SINC.

Vicente Fernández López