Los tiburones tienen los testículos insertos dentro de su cuerpo, pegados a su lomo. Para irrigarlos, la naturaleza les ha dotado de un complejo sistema de tuberías “refrigerantes” en el interior de su aleta superior. Esta es la razón por la que en algunas culturas se relaciona el consumo de esta parte del animal con la fertilidad y el vigor sexual.

Redacción QUO