El volcán islandés de Eyjafjallajoekull, que ha causado estragos en el tráfico aéreo europeo, es una insignificancia en comparación con uno de los super volcanes que podrían entrar en erupción con cierta probabilidad. Un informe de la Sociedad Geológica de Londres advierte de las consecuencias: una super erupción lanzaría tal cantidad de ceniza y productos químicos a la atmósfera de todo el planeta que el clima se alteraría, y afectaría de tal manera a la producción de alimentos que incluso podría acabar con la civilización actual.

Uno de estas posibles super erupciones podría ocurrir en el Parque Nacional de Yellowstone, en EE.UU. En 2001, un estudio de la revista Earth and Planetary Science Letters señalaba que se podría producir una colosal erupción que cubriría la mitad de EE.UU. con una capa de ceniza de un metro de espesor.

Los expertos señalan que no se puede predecir cuándo sucederá una de estas super erupciones, y lo peor es que no hay nada que se pueda hacer para evitarlo. Asimismo, el informe señala que no es la primera vez que una de estas catástrofes afectan a la especie humana.

Hace unos 74.000 años, en lo que ahora es Sumatra, un volcán llamado Toba entró en erupción y sus cenizas oscurecieron el cielo en todo el planeta. Las temperaturas se desplomaron hasta en 21 grados en latitudes más altas, y las tres cuartas partes de las especies vegetales en el Hemisferio Norte perecieron. Esta erupción pudo producir una masacre en la humanidad de aquella época, de la que sólo sobrevivirían unos pocos miles. Este hecho podría explicar por qué el ADN de todos los seres humanos actuales es similar, según Stanley Ambrose, un antropólogo de la Universidad de Illinois.

Mira este Índice de Explosividad Volcánica (IEV), que señala en una escala de 8 grados la magnitud de una erupción volcánica.

[image id=»18189″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Redacción QUO