Un equipo de la Universidad de Stanford ha descubierto la existencia de un conjunto de células nerviosas que, en función de su activación, pueden provocar que el animal tenga miedo o, por el contrario, se comporte con una fiereza asombrosa. El descubrimeinto se hizo durante un experimento en el que hicieron creer a los cobayas que iban a ser atacados por un depredador alado. Ante una situación así, lo habitual es que el animal se incline por una de las siguientes tres opciones: que se quede paralizado en el lugar, encongiéndose para intentar no ser visto, que se refugie en algún escondite próximo si lo hay, o que salga huyendo a toda velocidad.

Los investigadores monitorizaron la actividad cerebral de los ratones en esa situación de peligro, y observaron que la mayor actividad se producía en un grupo de células nerviosasde una zona del cerebro llamada tálamo o núcleo ventral medial.Ante la amenaza inminente, dicha área recibía señales de muchas partes del cerebro, y a su vez también las enviaba a otras dos muy concretas: la amigdala basolateral y el córtex prefrontal medio. La primera de ellas está vinculada con la detección del peligro y el miedo, y la segunda con la toma de decisiones que requieren acción, como pelear y luchar.

Pero los investigadores observaron que modificando esas señales podían determinar el comportamiento del ratón ante el peligro. Así, activando intensamente la señal dirigida la amígdala, el cobaya se volvía más cobarde. En cambio, intensificando la dirigida al córtex prefrontal medio, el animal se volvía temerario y se mostraba dispuesto a luchar contra el depredador (algo que no suele suceder sin esa manipulación neuronal).

El siguiente paso de la investigación será comprobar si se produce un proceso similar en el cerebro humano. Pero, sí es así, este hallazgo podría servir para desarrollar tratamientos para las personas con fobias y miedos muy intensos.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López