El Eón Arcaico, entre 4.000 y 2.500 millones de años atrás, es uno de las épocas más enigmáticas de la evolución de nuestro planeta. Durante dicho período, la temperatura del manto terrestre tenía una temperatura mucho más elevada que en la actualidad, debido a una mayor cantidad de calor radiactivo producido por la descomposición de elementos tales como potasio, torio y uranio. Por ello este intervalo de tiempo geológico está marcado por la generalizada aparición de una roca única conocida como komatita. Esta roca se forma a partir de lava extremadamente caliente, fluida y rica en magnesio y fue particularmente común en el Precámbrico. El primer ejemplar se descubrió en el río Komati (de ahí su nombre) en Sudáfrica, en 1969.

Cuando terminó este período nuestro planeta dejó de producir komatitas ya que la temperatura del manto cambió. Ahora un equipo de investigadores, liderados por Esteban Gazel, realizaron un descubrimiento asombroso:: una serie de lavas que muestran condiciones de fusión y cristalización similares a las antiguas komatitas. El hallazgo se realizó en la región conocida como Tortugal, en Costa Rica donde había evidencias previas de komatitas. El equipo de Gazel descubrió que las temperaturas a las que cristalizó el olivino de la roca fue cercana a los 1.600 ºC, lo que constituye un nuevo récord en las temperaturas de la lava registrada en los últimos 2.500 millones de años.

“Las komatitas – explica Gazel en un comunicado – son básicamente versiones supercalientes de flujos de lava. Solo que las komatitas estaban tan calientes que su brillo era blanco en lugar del rojo habitual. Lo que es realmente fascinante en este estudio (publicado en Nature Geoscience) es que mostramos que el planeta sigue siendo capaz de producir lavas tan caliente como durante el período Arcaico”.

Juan Scaliter