Las primeras muestras de la industria lítica, las herramientas de piedra creadas por nuestros antepasados,se dividían en dos tipos diferentes: aquellas elaboradas con finas lascas y que solo tenían una sección con filo y corresponden a la era Olduvayense y las del período Achelense. Estas últimas estaban talladas por ambas caras y podían ser “universales” como el hacha de mano, que era la navaja suiza del paleolítico ya que se utilizaba para cortar, rasgar, raspar y perforar.
Las herramientas Olduvayenses aparecieron hace unos 2,6 millones de años, mientras que las de la era Achelense son algo más recientes: 1,8 millones a 100.000 años atrás. Si bien ambos ejemplos se basan en golpear piedra contra piedra, las herramientas como el hacha de mano requieren una elaboración más precisa, un aprendizaje alejado de la simple intuición.

Shelby S. Putt, autora principal del estudio, utilizó tecnologías de imágenes cerebrales para estudiar el cerebro de un grupo de voluntarios mientras elaboraban este tipo de herramientas. Sus conclusiones, publicadas en Nature Human Behavior, señalan que el pensamiento humano hizo su aparición con el Homo erectus, un homínido que vivió en África entre 1,9 millones de años y 70.000 años atrás. esta afirmación se basan en el estudio de la actividad cerebral de 30 voluntarios a los que se les enseñó a crear las herramientas de las eras Olduvayense y Achelense.

Anteriormente se utilizaban máquinas de resonancia magnética que confinaban a los voluntarios en un espacio muy reducido. Pero Put recurrió a la espectroscopia funcional del infrarrojo cercano, un dispositivo que analizó la actividad del cerebro mientras aprendían a tallar las piedras. Los datos mostraron quesi bien la atención visual y el control motoreran necesarios para la producción de tallas similares a las Olduvayenses, a la hora de producir las Achelenses se utilizaba una porción mucho mayor del cerebro, incluyendo regiones asociadas a la integración de la información visual, auditiva y sensoriomotora y también la planificación de acciones de orden superior.

«Este es un resultado significativo – explica Putt en un comunicado – porque habitualmente se piensa que nuestras formas más modernas de cognición sólo aparecieron muy recientemente. Pero estos resultados sugieren que la transición de formas simiescas a formas humanas de pensar y comportarse surgieron mucho tiempo atrás. El hecho de que estas formas más avanzadas de cognición fueran necesarias para crear las hachas de mano, pero no las herramientas más sencillas, significa que este tipo de cognición data de al menos 1,8 millones de años atrás. Sorprendentemente, estas mismas áreas del cerebro son las mismas áreas dedicadas a actividades modernas como tocar el piano”.

Juan Scaliter