«Dientes, dientes», que diría Isabel Pantoja. Justamente eso debieron pensar, un años atrás, científicos del Museo de Historia Natural de Los Ángeles cuando hallaron en Perú las piezas dentales más antiguas de un mono sudamericano: 36 millones de años. Ahora también son dientes lo que ha permitido a un equipo de expertos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), liderados por Carlos Jaramillo, identificar los restos del primer mono, del que se tenga constancia, en América del Norte. El pequeño habitante de la región, del cual se recuperaron siete piezas dentales, vivió allí unos 21 millones de años atrás y ha sido bautizado como Panamacebus transitus, en honor al país donde ha sido encontrado.
Los fósiles fueron “excavados” más por azar que por trabajo detallista, más por violencia que por paciencia. Los expertos del STRI debían presentarse en la región cada vez que los ingenieros dinamitaban una zona para realizar reformas al canal de Panamá, con la esperanza de encontrar algo…Aunque ya intuían la importancia paleontológica de la región.
“Le pedí a mi jefe un millón de dólares para cavar un gran agujero en el suelo en esta zona – explica Jaramillo en un comunicado del Instituto Smithsonian –y entonces el pueblo panameño votó para que la Autoridad del Canal de Panamá se gastara 5.600 millones para ampliar el canal y destapar un tesoro para nosotros, entre los que se encuentra esta nueva especie de mono y muchos otros fósiles”.La explosión de vida antigua ya había traído a la luz una colección de murciélagos, caballos, ardillas, camellos en miniaturas, rinocerontes y feroces “osos-perro”. En total diez nuevas especies de fósiles.
El Panamacebus transitus “estaría relacionado a los monos capuchinos y a los monos ardillaque se encuentran actualmente en Centro y Sudamérica – señala Jonathan Bloch, de la Universidad de Florida y coautor del estudio publicado en Nature –. Antes de este hallazgo se pensaba que los monos del Nuevo Mundo habían evolucionado aislados en Sudamérica, separados de América del Norte por el mar”. Y es que norte y sur del continente americano se unieron hace “apenas” unos 3,5 millones de años gracias al istmo de Panamá. Hasta ahora, la evidencia más antigua de un mamífero migrando de sur a norte de América tenía menos de 9 millones de años: los restos de un perezoso gigante. Encontrar restos que duplican esta cifra tiene dos posibles explicaciones para los expertos. Una es que hasta ahora no se hayan desenterrado todos los fósiles en la zona y que la evidencia aún está por llegar. La otra opción es que los mamíferos de América del Sur encontraron en Panamá un hábitat similar al que tenían en Sudamérica. Sea cual sea la respuesta correcta, no cabe duda que pronto Panamá volverá a estar en los titulares.

Juan Scaliter