No es un capricho estético. En todas las guitarras, el mástil se “clava” dentro de la caja de resonancia (o cuerpo, en el caso de las eléctricas). Ello implica que algunos trastes (esas barras de separación) queden inaccesibles y haya notas que no puedan pulsarse.

Así que, en la década de 1950, cuando comenzaron a fabricarse en serie las guitarras eléctricas, se diseñó ese corte (cutaway) para meter los dedos.

Enviada por Álvaro Rancaño, Granada

Redacción QUO