Un equipo de científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalem, liderados por Rotem Karni, han ideado una estrategia diferente para enfrentarse al cáncer: el engaño.

Según el estudio, publicado en Nature, el objetivo del equipo era conseguir detener el crecimiento y propagación de los tumores, algo provocado por las proteínas de unión al ácido ribonucleico (ARN).

Estas proteínas, activas en todas las células, pero especialmente en las tumorales, desempeñan un papel fundamental en el crecimiento del cáncer, acelerando la dispersión de las células infectadas.

La innovación en este caso no solo se origina en que hasta ahora ninguna investigación se había centrado en la función de las mencionadas proteínas, sino también en la posibilidad de crear un tratamiento que impida que se unan al ARN propiciando el crecimiento de tumores.

Para ello, el equipo de Karni desarrolló una estrategia de “engaño”: crearon moléculas señuelo que hacen que las proteínas se unan a ellas y no vayan a por el ARN. Las moléculas usadas por los expertos son oligonucleótidos (básicamente una secuencia corta de ADN o ARN) que esterilizan a las proteínas dañinas, o que evita su reproducción. Aunque en esta oportunidad las moléculas señuelo fueron aplicadas al cáncer de cerebro, los autores señalan que la técnica puede aplicarse a otros tipos de cáncer.

“Nuestra tecnología es un nuevo enfoque en la guerra contra el cáncer – concluye Karni en un comunicado –. Al comprender la función biológica de las proteínas de unión al ARN, diseñamos con éxito moléculas señuelo que inhiben estas proteínas. Esto nos acerca cada vez más a crear un medicamento contra el cáncer. Todavía tenemos que examinar la toxicidad de las moléculas señuelo y probar su eficacia en animales antes de poder hacer ensayos con humanos.. Sin embargo, soy optimista, dado que ya hemos logrado crear oligonucleótidos señuelo que inhiben las proteínas de unión al ARN en otros tipos de cáncer”.

Juan Scaliter