Ir a buscar larvas de langosta y encontrarse volcanes submarinos, puede parecer exagerado. Pero eso es precisamente lo que le ha sucedido al Investigator, un barco científico australiano, que realizaba una investigación en el mar de Tasmania, en la costa este del país.

Rastreando con sonar el fondo marino, los investigadores localizaron un tesoro geológico inesperado: varios cúmulos volcánicos submarinos cuya existencia se desconocía totalmente hasta ahora, cuya antigüedad ha sido estimada entre los 40 y los 80millones de años.

Los volcanes se encuentran a una profundidad de cinco kilómetros. El más grande todos tiene una altura de setecientos metros, y un kilómetro y medio de diámetro.Los investigadores creen que se formaron cuando Australia y Tasmania e separaron del continente antártico.

Para añadir más interés al hallazgo, e cree también que estos volcanes pueden ser un punto de orientación en la autopista submarina que utilizan las ballenas jorobadas para sus migraciones.

Fuente: LiveScience.

Vicente Fernández López