«El parque de vehículos seguirá su ritmo de crecimiento, hasta alcanzar previsiblemente los 1.500 millones de vehículos en 2030 –dice el presidente de Mercedes-Benz– pero la distribución geográfica sufrirá grandes cambios. A principio de la década EE.UU., las principales economías occidentales europeas suponían el 40% del parque mundial; este porcentaje en 2030 mermará hasta el 30% en favor de un mayor crecimiento en China, India y Brasil. También hay que destacar que la presencia de los motores térmicos irá descendiendo en beneficio de la propulsión eléctrica. Aunque no hay un acuerdo entre los expertos, se estima que en 2030 aproximadamente el 30% de la fabricación será 100% eléctrica.

¿Es realista plantearse como objetivo la mortalidad cero y reducir drásticamente la contaminación?

Existe una clara tendencia por parte de las administraciones locales a reducir al máximo la contaminación procedente del transporte privado de vehículos con motores térmicos. Es previsible que en pocos años se prohíba totalmente la circulación en zonas urbanas. En cuanto a la mortalidad cero, los avances tecnológicos con los que vendrán equipados los vehículos del futuro nos permiten ser optimistas: las ayudas activas de los sistemas de prevención de accidentes podrán tomar el control del coche para evitar accidentes.

¿Cómo va a evolucionar la estética? ¿Seguirán siendo las carrocerías SUV las protagonistas?

El diseño exterior es una de los principales rasgos de identidad de un fabricante. Nunca existirá un diseño único. Nosotros nos decantamos por un diseño purista cuya idea es transmitir deportividad y modernidad con detalles que realcen el valor y la exclusividad de la marca. A diferencia de otros fabricantes, suprimimos conscientemente aristas y líneas de carácter de la carrocería para lograr un nuevo nivel de claridad. En el interior, buscamos un ambiente acogedor. Muchos diseñadores están presentando modelos sin volantes y pedales para dotar con elementos funcionales y de ocio el mayor espacio resultante.

Ahora mismo hay muchas tecnologías de propulsión en juego. ¿Cuál ganará la partida?

Los diésel aún tienen un gran recorrido, no solo en la reducción de consumos, sino también de emisiones. Los principales fabricantes siguen con sus planes de inversiones. La convivencia de motores térmicos y eléctricos perdurará durante un largo periodo de tiempo.

Cada vez hay más eléctricos

Daimler anunció que destinaría 9.000 millones € a movilidad eléctrica, tres veces más que lo que invierte en motores térmicos. La tendencia a corto y medio plazo de la movilidad urbana será eléctrica. A largo plazo, el futuro parece estar abonado a la movilidad eléctrica tanto en ciudad como en carretera.

¿Compraremos, alquilaremos o compartiremos coches? ¿Cómo variará la movilidad?

Para nosotros el futuro de la movilidad tiene nombre propio: CASE, que es el acrónimo de Connected (interconexión en red), Autonomous (conducción autónoma), Sharing&Services (uso flexible) y Electric (propulsión eléctrica). Nosotros ya tenemos una presencia importante en el campo del Sharing & Services. Nuestros servicios de movilidad son utilizados por más de 15 millones de personas y se extienden desde el uso compartido de automóviles de libre uso (car2go) hasta la plataforma de movilidad mytaxi. Los fabricantes no centraremos nuestros esfuerzos en producir vehículos más eficientes, sino también en convertirnos en proveedores de servicios de movilidad.

¿Quiere eso decir que van a cambiar nuestras ciudades?

Si bien nadie sabe realmente qué nos depara el futuro, la realidad es que nuestros espacios urbanos deben reinventarse. Lo que parece evidente es que las ciudades serán más “inteligentes”.

Para 2050 se espera que más del 80% de la población mundial viva en grandes núcleos. Y para poder soportar esta situación, debemos alejarnos de un modelo de ciudad centrado en el coche y apostar por una movilidad multimodal. Tendremos que avanzar en la comunicación entre el vehículo y la ciudad para dar paso al coche inteligente y conectado. Es previsible que nuestras “nuevas” ciudades recojan información del flujo de vehículos en tiempo real y tomen medidas en función de esos datos: por ejemplo los semáforos o el mismo alumbrado cambiarán en función de la intensidad del tráfico por zonas y los vehículos conocerán las plazas de aparcamientos libres antes incluso de iniciar su recorrido. Hay visionarios que incluso afirman que en el futuro no harán falta las infraestructuras tradicionales: con la información que recogerán los propios coches y los datos globales de tráfico de la ciudad será capaces de saber cómo actuar en cada momento.

¿La impresión en 3D abrirá las puertas a la reparación de pequeñas piezas?

Previsiblemente esta posibilidad será realidad en un futuro próximo. Los fabricantes facilitarán la información gráfica de la pieza en cuestión para proceder a la “fabricación” in situ de la misma.

Las técnicas de reconocimiento facial están llegando a todos los sectores ¿Se incorporarán también al mundo del automóvil?

Ya se están realizando los primeros ensayos. El propietario podrá permitir, por ejemplo, a un tercero conducir su coche sin necesidad de facilitarle las llaves de contacto. Tan solo deberá mandar a su vehículo la foto de la persona que autoriza y, en caso necesario, indicar el plazo de tiempo de la utilización o incluso la zona en donde podrá circular.

Los coches ofrecerán cada vez más conectividad. ¿Estará dispuesto el cliente a pagar por ella?

Este es uno de los principales pilares del futuro del automóvil. No solo permitirá reducir los accidentes de tráfico que se producen por descuidos, sino que contribuirá a que el coche sea una prolongación del smartphone. Lógicamente, algunas aplicaciones requerirán un pago previo.

Marta García Fernández