Las nuevas tecnologías han hecho que el mundo sea cada vez más pequeño. Ya es posible gracias a internet que podamos tener un contacto diario y continuado con personas de otro rincón del planeta, a las que jamás hemos visto cara a cara.

Pero, paradójicamente, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, cuanto más conectados estamos también podemos llegar a estar más aislados.

Los autores del estudio analizaron los hábitos tecnológicos de unos dos mil voluntarios y observaron que aquellos que pasaban de media más de dos horas diarias en las redes sociales, tenían el doble de posibilidades de sufrir situaciones de aislamiento social, que quienes solo pasaban media hora. Y para aquellos que visitaban dichas redes una media de 58 veces por semana, las posibilidades se triplicaban con respecto a aquellos que solo lo hacían nueve.

Los autores del estudio reconocen que estos resultados pueden interpretarse de dos formas. Es decir, puede ser que el uso desmesurado de internet y las redes sociales produzcan cierto grado de aislamiento. Pero, también, que sean personas con dificultad para las relaciones sociales (o, simplemente, con poco interés por ellas), quienes sean más propensas a hacer un uso excesivo de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

Lo que si pudieron comprobar es que en el caso de ciertos voluntarios que ya sufrían de aislamiento social antes de descubrir internet, su vida online no sirvió para paliar ese problema de modo eficaz. Al contrario, parece ser que lo empeoró.

Fuente: EurekAlert.

Vicente Fernández López