Induráin confesó hace unos meses en una entrevista que los miles de kilómetros que había andado sobre una bicicleta jamás tuvieron ningún efecto en su capacidad sexual. Pero, claro, la bici del pentacampeón del Tour estaba hecha a su medida. La mayoría las usamos de serie, y ahí viene el problema. Según el urólogo Vigod Nargund, usar un sillín inadecuado puede provocar entumecimiento genital, dolores e irritaciones en la piel y problemas de erección.

Entre los forofos del pedaleo se han descrito cambios “en la función del esperma”, según dice el medico de forma eufemística en un artículo que publica el British Journal of Urology. Aunque puntualiza que estas alteraciones no permiten establecer ningún vínculo entre el ciclismo y la esterilidad masculina.

Para evitar que el sillín altere el suministro de sangre al pene hay que seguir dos normas:la primera, es que sea mullido, y la segunda, que esté a la altura correcta. La razón es que a máyor altura, más estirada está la pierna y más presión ejerce en el área peritoneal.

La norma vale tanto para hombres como para mujeres, a las que un sillín inadecuado puede provocar insensibilidad en el clítoris y la denominada vulva de la ciclista, que consiste en una inflamación permanente de los labios mayores de la vagina.

Redacción QUO