El edificio 432 Park Avenue, habitado por ultrarricos, tiene averías frecuentes en los ascensores, escapes de agua y grietas en las paredes

Es un impresionante rascacielos construido para ultrarricos, uno de los más altos y lujosos del mundo. Entre sus vecinos está el billonario saudí Fawaz Alhokair que compró la planta 96 por 87,7 millones de dólares (cerca de 77 millones de euros). Ahora, se ha filtrado que aparecen grietas en las paredes y que tiene escapes de agua.

Rafa Mingorance, autor del canal de YouTube Diario Vivo Nueva York, explica en este vídeo los dilemas que hacen tambalearse al gigante de oro, el rascacielos 432 Park Avenue, el más alto de La Gran Manzana.

Texto de Rafa Mingorance:

El rascacielos 432 Park Avenue, dicen que tiene forma de dedo corazón y es obra del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly. Se inauguró en Nueva York en 2015 y alcanza los 426 metros de altura. Es uno de los edificios residenciales más altos de Occidente y se ha diseñado para que vivan allí los llamados ultrarricos.

¿Cuánto crees que cuesta, por ejemplo, el ático de este edificio? Si quisieras comprarlo, tendrías que pagar 80 millones de euros. Sorprende que existan inmuebles con un precio tan elevado, pero lo que todavía resulta más sorprendente son las quejas de sus propietarios ultra ricos.

Muchos han denunciado que, en sus casas, tienen grietas en las paredes y sufren escapes de agua. Al parecer, también son frecuentes las averías en los ascensores.

Algunos vecinos, incluso, han filtrado a la prensa que cuando el viento azota en Nueva York, vivir en las plantas superiores recuerda a la experiencia de navegar en un barco. En días complicados, la estructura del edificio puede moverse, de un lado a otro, hasta 15 centímetros.

¿Cómo es posible que, en tan solo seis años, hayan surgido tantos problemas en este rascacielos de lujo? Y otra pregunta, ¿por qué en Nueva York se permite la construcción de edificios tan altos?

Tanto arquitectos como ingenieros coinciden en señalar que la altura es el punto débil de la torre 432 Park Avenue. Lo curioso del caso es que la altura fue el argumento que se utilizó como gancho para vender los apartamentos. Según un artículo que ha publicado el The New York Times, existen informes técnicos donde se denuncia que el 73% de los componentes electrónicos y de la fontanería no se corresponden a lo que figuraba inicialmente en los planos que presentó la empresa promotora.

El artículo explica varios ejemplos de averías y de gastos que se han incrementado muchísimo en poco tiempo. Asegura que, en noviembre de 2018, se registraron dos fugas de agua. Una de ellas, localizada en la planta 74, alcanzó los ascensores y los dejó fuera de servicio durante semanas. También se explica el caso de un vecino que quedó atrapado en un ascensor, más de hora y media, por culpa de una ráfaga de viento.

En 2019, los gastos de la comunidad de vecinos aumentaron un 40% y, desde inicios de 2020 hasta hoy, las facturas del seguro se han incrementado un 300%.

El 432 Park Avenue también cuenta con un restaurante privado. Lo dirige Shaun Hergatt, chef que tiene una estrella Michelin. Cuando el edificio se inauguró cada vecino pagó, por el servicio de comidas, una cuota anual de 1.000 euros. En seis años, este servicio ha aumentado el precio hasta alcanzar los 12.500 euros y ya no incluye el desayuno.

Con estas cifras se comprende que propietarios como la actriz Jennifer López vendieran su apartamento tan solo un año después de haberlo comprado por 16 millones de euros.

Ahora vamos a la segunda parte de la cuestión. ¿Por qué se ha permitido la construcción de este edificio tan alto en Nueva York?
En una cuarta parte del total de las 88 plantas no vive nadie. Esas zonas se utilizan para alojar la maquinaria que hace posible que el edificio funcione. Motores de los ascensores, la calefacción y el aire acondicionado. Además, esas partes abiertas hacen posible que el viento fluya entre las estructuras del edificio para ganar estabilidad.

Laltura es el reclamo perfecto para cobrar cifras astronómicas a los clientes que quieran disfrutar de las mejores vistas de Nueva York. La construcción de la torre 432 Park Avenue costó 1.100 millones de euros. Su promotor inmobiliario, Harry B. Macklowe, calculó que si vendía todos los apartamentos ganaría 2.500 millones. Al final, lo consiguió y se embolsó unos beneficios valorados en 1.400 millones de euros.

Hizo un negocio redondo y marcó una nueva era en la construcción de los rascacielos de lujo. Seguro que muchos de vosotros os preguntaréis quién es este tal Harry B. Macklowe.

Con 84 años, Harry B. Macklowe siempre ha sido un amante del riesgo. Para él, cada uno de sus proyectos inmobiliarios es como hacer una apuesta en la ruleta rusa. Pensad que estamos hablando de una persona que se ha arruinado tres veces y nunca lo ha escondido. La última vez, en 2003, llegó a acumular una deuda de 5.400 millones de euros.

¿Quiénes son los clientes que compran apartamentos como los del 432 Park Avenue? Está claro que el 99% de los neoyorquinos no tiene acceso a propiedades tan caras. ¿Entonces quién puede hacerlo? Aquí reside otra cuestión polémica porque los grandes inversores de capital riesgo, los millonarios chinos y también los europeos son lo que están comprando este tipo de propiedades. Y lo hacen como inversión para especular a través de empresas fantasma.

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