La Fundación Canal presenta en Madrid “Toulouse-Lautrec y los placeres de la Belle Époque”, una exposición que trae por primera vez a España una de las dos únicas colecciones completas que existen en el mundo de los carteles creados por Toulouse-Lautrec, procedente del Musée d’Ixelles (Bruselas).

Toulouse-Lautrec destacó, entre otras muchas facetas, por elevar el cartel a categoría de obra de arte y por contribuir a establecer la función publicitaria que tiene actualmente.

Muchos de los carteles de Toulouse Lautrec se han convertido en verdaderos iconos que le han otorgado el estatus de maestro del cartel de la Belle Époque y fiel espejo de vida del París de la época y sus “placeres”, tanto los nocturnos como los literarios, artísticos y los derivados del consumo.

En esta exposición, a través sesenta y cinco obras -los treinta y tres carteles que Lautrec produjo más otros treinta y dos de importantes artistas franceses coetáneos- se abordan algunos de los importantes cambios que la “modernidad”, la Belle Époque, trajo a la sociedad occidental.

La Goulue 1891. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

 Su primer cartel es un encargo de 1891. Charles Zidler, director de uno de los nuevos cabaret Montmartre, el posteriormente mítico Moulin Rouge. había podido observar los bocetos y dibujos realizados por el artista mientras frecuentaba su cabaret. Con Lautrec apuesta por un cartel radicalmente moderno en el que representa a la estrella del Moulin Rouge, Louise Weber alias “La Goulue”, junto a su compañero de escena masculino Jacques Renaudin, alias “Le Désossé”. Este cartel causa una gran sensación entre el público y proporciona a Lautrec un éxito inmediato. 

Ambassadeurs Aristide Bruant 1892. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

En 1892, en pleno auge de su carrera, el cantante Aristide Bruant es invitado a actuar en Ambassadeurs, el elegante café-concierto de los Campos Elíseos. Para esa ocasión encarga a Lautrec un cartel. El cartel capta en pocos toques la esencia de la personalidad del modelo retratado, mostrando una síntesis expresiva que se convertirá en uno de los signos distintivos de Lautrec. El dueño del café-concierto no quiso exhibir el cartel pero finalmente tuvo que aceptarlo porque Bruant amenazó con no actuar si no se exponía.

Diván Japonés 1893. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

En 1893, un nuevo director, Edouard Fournier, convierte el café Divan Japonais de Montmartre en cabaret con ambiciones literarias y artísticas y encarga a Lautrec un cartel para anunciar su reapertura. En este caso, el artista convierte a Jane Avril en la estrella del espectáculo, pero no como bailarina sino como una distinguida espectadora. Al igual que en muchas otras de sus obras, en ésta encontramos el magnífico sombrero empenachado que identifica a las jóvenes de la alta sociedad. Aquí aparece acompañada por Edouard Dujardin, crítico de arte muy reputado en el mundo artístico de la época.

La Revue Blanche, 1895. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

La revista literaria y artística “La Revue Blanche”, una de las publicaciones más abiertas a la audacia creativa de su época, fue dirigida por Thadée Natanson y su hermano Alexandre. En 1895 encargan un cartel promocional de la revista a Lautrec que otorga el papel de embajadora de la publicación a la esposa de Thadée, Misia. El cartel plasma la elegancia de la modelo. Lautrec consigue dar sensualidad a las pieles de la estola, totalmente contrapuesto al vestido, azul con lunares rojos.

Steinlen. Gira de Le chat noir 1896. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

Esta sección incluye también reconocidas obras de importantes maestros del cartel, como por ejemplo Gira de «Le chat noir», de Theopile Alexandre Steinlen (Lausana, 1859 –París, 1923), uno de los principales pintores y litógrafos del círculo de artistas formado en torno al cabaret parisino Le Chat Noir (El gato negro), cuya imagen inmortalizó para siempre en su cartel más famoso. Su estilo se considera influido por Lautrec en cuanto al uso de siluetas planas y colores impactantes. Sin embargo su inspiración es muy diferente pues Steinlen se centra más en la figura animal y en su entorno familiar y social, con un tono siempre amable.

La compañia de Mademoiselle Eglantine 1896. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

el cartel La compañía de Mademoiselle Églantine (1896). Jane Avril se encuentra en Londres a principios de 1896 de gira con la compañía de Églantine Demay. Desde allí escribe a Lautrec pidiéndole que realice con urgencia un cartel para su actuación en el Palace Theatre, a la que seguiría una gira por Inglaterra. Lautrec recibe una fotografía de la compañía y el orden de prioridad a respetar. ¿Fue para poner a su amiga en el centro de atención por lo que invirtió las ubicaciones de Jane Avril (en el extremo izquierdo) y de Miss Eglantine? El murmullo de los miriñaques inspira a Lautrec el arabesco continuo que atraviesa la escena, sublimado por la alineación de las piernas con medias negras que marcan la perspectiva y que prolongan verticalmente los penachos de los sombreros. Destaca la silueta de Jane Avril, poseída por el ritmo de la danza.

La cadena Simpson 1896. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

Las bicicletas estaban de moda en el París de finales del siglo XIX y la compañía Simpson encargó a Lautrec este cartel para promocionar sus productos. 

 

Jane Avril 1899. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

 En 1899 Jane Avril encarga un último cartel a Lautrec, que realiza esta singular figura en una clara ruptura con el estilo de los carteles anteriores. Rechazado por el agente de la bailarina, el cartel sólo conoce dos ediciones limitadas. ¿Es necesario ver en este cuerpo de mujer entrelazado con una serpiente algo más que un diálogo plástico de dos formas en torno al tema de la ondulación? Lo que parece evidente, aparte la influencia de la sinuosa línea del Art Nouveau, es un nuevo enfoque estilístico que se manifiesta también en algunas de sus pinturas de la época, pero que Lautrec no tendrá la oportunidad o el tiempo de desarrollar. 

La gitana 1899. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

En enero de 1900, el teatro Antoine creó “La gitana”. En el cartel creado por Lautrec, la deslumbrante imagen de la gitana proclama, mediante su monumental verticalidad, su triunfo sobre la figura oscura del despreciado amante que abandona el terreno . La gitana, todo un prodigio de composición y economía expresiva, fue el último logro de Lautrec para sus amigos de “La Revue Blanche”. Y su último cartel, dado que morirá el año siguiente.

Eugène Grasset. El trebol de 4 hojas de la marca Georges Richard. 1889. Fotografía por cortesía del Musée d’Ixelles, Bruselas.

En esta la última sección de la exposición:Los placeres modernos. El consumo, los carteles muestran el nacimiento de la sociedad de consumo, que experimentó un gran auge gracias al aumento del poder adquisitivo de los ciudadanos y a la consiguiente expansión del comercio.

Otro de los autores que destacan en esta sección es Eugene Grasset (Lausana, 1845 – París, 1917). Sus carteles se identifican por el trazo grueso del dibujo como se puede apreciar en este cartel publicitario de una marca de automóviles.

© Fundación Canal 

 El diseño expositivo de Touluse-Lautrec y los placeres de la belle époque, que se muestra en la sede de Canal, nos permite viajar más de 100 años atrás. Un apasionante recorrido por el París de finales del XIX, cuando la capital francesa era el epicentro de un periodo de innovaciones no sólo en los aspectos técnicos, sino también en cuanto a la manera de entender la vida moderna y los placeres que esta ofrecía