El pistolero más torpe del oeste

Kirk Douglas se parodia a sí mismo ante la mirada de Burt Lancaster y el director John Sturges, en el rodaje de Duelo de titanes.  Ambos actores interpretaban, respectivamente, al pistolero tuberculoso Doc Holliday y al sheriff Wyatt Earp. Este filme fue el primero de los cinco que hicieron juntos.

Colegas de gimnasio

Schwarzenegger y el forzudo danés Sven-Ole Thorsen se conocieron compitiendo en los circuitos de culturismo. La amistad sirvió para que Sven hiciese de malo en ocho películas de Arnold. La primera de ellas fue Conan el bárbaro, a cuyo rodaje corresponde la imagen.

¿Estoy viendo un espejismo?

Es lo que habría pensado cualquiera que en 1957 se hubiera adentrado en el desierto de Libia y hubiese visto a Sophia Loren echando una siesta bajo el sol abrasador. La actriz se relajaba así en el rodaje de Arenas de muerte, que protagonizó junto a John Wayne.

“Francamente, querida, me importa un bledo que me comas una pieza”

La leyenda dice que Clark Gable y Vivien Leigh no se soportaban  durante el rodaje de Lo que el viento se llevó. A tal punto que él comía cebollas y ella fumaba sin parar para hacer más desagradable el momento de besarse. Pero aquí les vemos jugando amigablemente a las damas chinas.

Burlándose del director

El ego hizo que Marlon Brando despidiera a Sam Peckinpah
y Stanley Kubrick del rodaje de El rostro impenetrable, y acabase él mismo dirigiendo la película. Se llevó mal con todo el equipo, salvo con su gran amigo Karl Malden, con quien ya había
hecho dos películas.

Más difícil todavía

Cary Grant y Katharine Hepburn ensayando equilibrios para la escena cumbre de Vivir para gozar, comedia rodada por George Cukor. Tenían una gran química  que les llevó a rodar cuatro películas juntos.

Espabila, Jack

Lemmon soportó con estoicismo, una y otra vez, los ensayos de Billy Wilder de la escena de Irma la dulce en la que le humillan con un sifón.

En salto de cama

Jane Russell debutó en 1941 en El forajido. El magnate Howard
Hughes, que quería explotar su potencial como sex symbol, la obligó a rodar toda la película con poca ropa y sin sujetador. No es de extrañar que cuando tenía algún momento para relajarse se cubriese con un largo camisón.

¿Dónde estará mi cuádriga?

Aunque Ben-Hur y Mesala eran enemigos mortales en la ficción, Charlton Heston y Stephen Boyd, los actores que los encarnaban, sí se llevaban muy bien. Aquí les vemos en una Vespa, echando una carrera menos peligrosa que la que libraban sobre la arena del circo romano.