La imagen de viejos ferrocarriles abarrotados de vagabundos que trataban de subirse a ellos en plena marcha, se hizo muy común en Estados Unidos durante la gran depresión. A aquellos hombres sin hogar ni recursos, que recorrían el país de punta a punta, jugándose el pellejo y pernoctando en improvisados campamentos, se les bautizó con el nombre de hobos. Y en torno a ellos se creó toda una mitología popular.

Los hobos siguen existiendo, aunque ya no son una comunidad tan numerosa como antaño. Jouhe Forest es un fotógrafo y aventurero que pasó tres años conviviendo con esta gente, y viajando ilegalmente en los trenes que recorren el Noroeste de EE UU y el Sur de Canadá. Las fotos que aquí os mostramos son una muestra de su fascinante aventura.