Podría parecer que la combinación entre la información visual que proporciona un el rostro de una persona (sus expresiones, gestos…), y la que transmiten su voz y sus palabras, es un modo perfecto para tratar de averiguar su estado de ánimo. Pero un nuevo estudio realizado por investigadores de la American Psychological Association, sugiere que en este caso la suma de ambas no funciona.

Los autores del estudio realizaron un experimento con 1.800 voluntarios a las que se les puso en dos escenarios. El primero escuchar a una persona hablando mientras veían su rostro y, el segundo, limitándose tan solo a oír su voz. Luego, se les pidió que trataran de descubrir su estado de ánimo.

Y el resultado fue que los voluntarios tuvieron un porcentaje de aciertos muchísimo mayor cuando tan solo escuchaban la voz de la persona. El tono y la cadencia de la misma, y la forma de modular las palabras, transmitían información muy precisa. Por el contrario, la que transmitía el rostro podía resultar contradictoria o, simplemente, superficial y servir de distracción.

Vicente Fernández López