Las series de televisión están de moda. Cada cual, según sus propios gustos, tiene sus preferidas. Pero un estudio que acaba de realizar la plataforma Netflix revela datos muy curiosos sobre las preferencias del público.

Los resultados revelan que los usuarios prefieren ver comedias en el horario de mañana. Por la tarde lo que priman son los dramas, como «House of cards», y por la noche, los thrillers.

¿Y hay algún horario en el que lo que se prefiera sean los documentales? Pues si, en la franja de la madrugada. ¿Quiere eso decir que los espectadores los utilizan como sedantes para combatir el insomnio? No queremos sacar conclusiones maliciosas.

De todas formas, los resultados obtenidos tienen su lógica. Comenzar el día con una sonrisa siempre parece apetecible. De hecho, ya en los años 70 el investigador Norman Cousins afirmó en su libro Anatomy of illness, que una terapia que daba buenos resultados con los pacientes con ansiedad o trastornos emocionales, era hacerles comenzar el día viendo una película de los Hermanos Marx,o la actuación de algún cómico.

Lo de los thrillers parece evidente. La noche y la oscuridad parecen los complementos ideales para las historias de terror o suspense. Tanto para ambientarlas (aunque hay algunas magníficas como tiburón que suceden a plena luz del día), como para disfrutarlas. Mucho se ha investigado sobre por qué nos sentimos indefensos en la oscuridad, y algunas teorías sugieren que podría ser fruto del proceso evolutivo. Dado que nuestra especie no está bien capacitada para la visión nocturna, eso nos situaría en posición de desventaja frente a posibles depredadores. De ahí arrancaría (supuestamente) nuestro temor a la oscuridad que, a su vez, contribuye a que sea idónea para disfrutar de una buena historia de terror.

Respecto a los documentales de madrugada… Lo dicho. Preferimos no indagar.

Fuente: BBC.

Vicente Fernández López