Investigadores de la Universidad de Southampton han estudiado unos restos humanos con una antiguedad aproximada de unos mil quinientos años, encontrados durante una excavación en Great Chesterford, y los resultados han sido sorprendentes. Los huesos de los pies presentan unas deformaciones (como el estrechamiento de los huesos de los dedos y daños en las articulaciones) que revelan que dicha persona padeció la lepra.

Además, el anális de los isótopos de la dentadura revelan que este sujeto, que murió con veinte años de edad, no era originario de Gran Bretaña, sino que procedía del norte de Europa, muy probablemente de Escandinavia. Los investigadores se preguntan si este viajero pudo ser el paciente cero que extendió aquella enfermedad por las islas británicas.

Los análisis en busca de ADN bacterianotambién confirmaron que el hombre había padecido la lepra con toda seguridad. De hecho la muestra de ADN era de tanta calidad que los científicos consiguieron no solo confirmar el diagóstico, sino además identificar a qué cepa pertenecía, que es la misma que ya se había detectado anteriormente en enterramientos de la Escandinavia Medieval.

Redacción QUO