Chimú fue una cultura preincaica que se desarrolló en Perú, entre los años 1.000 y 1.200 de nuestra era. Sabemos que los chimúes eran grandes constructores pero, como no dejaron testimonios escritos, mucho de lo relativo a sus costumbres y estilo de vida sigue siendo un misterio.

Pero, el pasado mes de abril se realizó un descubrimiento espeluznante. Las excavaciones realizadas en el yacimiento de Huanchaquito-Las Llamas, pusieron al descubierto los restos de 111 niños que habían sido víctimas de sacrificios humanos. Desde entonces, han aparecido muchos más, hasta sumar un total de 269.

Se trata de niños de entre cuatro y catorce años de edad, a los que los sacerdotes mataron abriéndoles el pecho, para extraerles el corazón.

Los sacrificios infantiles se han practicado en muchas culturas, antiguas, pero nunca hasta ahora se habían encontrado en ningún lugar del mundo restos de una matanza de niños de tales dimensiones. ¿A qué pudo ser debida?

La posible respuesta se ha encontrado analizando sedimentos de aquella época. Las pruebas revelan que esa zona del Perú vivió un período de lluvias torrenciales y tormentas, provocadas por el fenómeno conocido como El Niño. Esa climatología adversa seguramente afectó a la agricultura y la economía de los chimú, que habrían tratado de aplacar la ira de sus dioses, sacrificando su posesión más valiosa: sus hijos.

Los niños que sirvieron de ofrenda eran de ambos sexos, aunque resulta imposible saber si eran de familias pobres o acomodadas, ya que no se han encontrado objetos en los enterramientos.

Fuente: larepública.pe

Vicente Fernández López