Entrevistamos a José Luis Pérez Catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares que ha desarrollado Counterfog, una tecnología que permite atrapar agentes tóxicos en forma de aerosol

José Luis Pérez Díaz es Catedrático en la Escuela Politécnica de la Universidad de Alcalá y actualmente también es consejero delegado de la empresa tecnológica Counterfog ebg de la UAH S.L. Durante su investigación ha desarrollado una tecnología que permite atrapar agentes tóxicos, ya sean biológicos, químicos y radiológicos, cuando se encuentran en forma de aerosol.

Esta tecnología se basa en el uso de un flujo de aire con gotitas de agua que atrapa las partículas que están en suspensión. Así evita que las nubes tóxicas y los aerosoles se dispersen y además los elimina eficazmente. Para generar esta «niebla limpiadora» han desarrollado una boquilla especial que se adapta a diferentes sistemas de agua a presión.

El objetivo de esta tecnología es poder desinfectar y limpiar grandes áreas. Counterfog se utiliza actualmente para eliminar los aerosoles que transportan al coronavirus. La Policía Nacional ya lo emplea para desinfectar sus coches e instalaciones, los sanitarios para limpiar las ambulancias y algunas empresas como los hoteles para limpiar sus habitaciones.

¿Cómo nace este proyecto? ¿De dónde viene la idea?

La idea nace hace casi 10 años. La Comisión Europea pidió una herramienta para contrarrestar las consecuencias de accidentes en la industria química, nubes tóxicas, o ataques terroristas con agentes químicos o biológicos. Nos dimos cuenta de que en todos estos casos lo esencial no respirar las sustancias, y se nos propusimos aplicar otra niebla para neutralizar una niebla tóxica.

¿Cómo funciona este sistema?

Cuando llenas un recinto de niebla parece que esta va a ir cayendo, pero las gotas son de apenas unas pocas micras, así que lo hace tan lentamente. Las gotitas de la niebla no tienden a moverse si no hay ninguna corriente de aire. Siempre digo que la niebla es como las pasas de un bizcocho y si quieres mover las pasas tienes que mover el bizcocho.

Los que nos ocurrió es que justo las boquillas que habíamos inventado crean un cono de niebla con una dinámica que absorbe el aire de alrededor. Así logramos hacer colisionar las gotitas que del tamaño de micras y podemos limpiar el aire.

¿Son las boquillas la clave de esta tecnología?

Estas boquillas se diseñan específicamente para que generen el tamaño de gota y la cantidad de niebla requerida. Así se genera una especie de ciclón capaz de depurar todo el aire. Además, las condiciones de trabajo son relativamente fáciles, no utiliza gas, ni altas presiones.

A la niebla se le pueden añadir otros compuestos para tratar la nube con mayor eficacia. Por ejemplo, se han añadido micropartículas de óxido de titanio y aluminio que sirven de catalizador para tratar nubes químicas. Estos catalizadores permiten descomponer la sustancia tóxica y así la niebla la elimina rápidamente.

Esta tecnología estaba pensada para contrarrestar diferentes agentes. ¿Tuvo que adaptarse para la situación actual y así poder “atrapar” el coronavirus?

Las boquillas ya estaban pensadas para combatir aerosoles y agentes volátiles muy pequeños, como las esporas de ántrax que se liberan en un ataque biológico. Nuestra tecnología elimina todo, incluso aunque esté metido dentro de un cajón.

La policía propuso utilizar una de estas boquillas grandes sobre un camión antidisturbios para ir limpiando el aire y quitar el virus del ambiente, pero para desinfectar el interior de una residencia esto es incómodo. Entonces tuvimos que desarrollar rápidamente unas boquillas más pequeñas, montarlas en un sistema que pudiera utilizar una persona y que se pudiera conectar a la corriente eléctrica normal.

Se sabe que la transmisión del virus ocurre por aerosoles. Esto ocurre claramente en interiores, pero en exteriores la transmisión del virus disminuye mucho ¿Realmente tiene utilidad un cañón encima del camión antidisturbios de la Policía Nacional?

El virus tiene un tamaño muy pequeño, una partícula de ese tamaño puede ser empujada hacia el exterior desde el pulmón de una persona infectada y debido a su tamaño puede viajar por donde quiera. Si estamos en el exterior ocurre exactamente lo mismo, es como si alguien fuma, tú puedes respirar ese humo, pero depende de donde estés y de la dirección del viento vas a respirarlo más o menos. El caso del cañón de policía tiene sentido en cuanto a lo que se está aplicando es desinfectante y evita que el virus se pueda resuspender.

¿Es necesario utilizar algún tipo de líquido especial o sirve el agua del grifo?

Se puede rellenar con agua del grifo, no hace falta nada especial. Pero si quieres puedes añadir desinfectante u otras sustancias. Por ejemplo, se puede añadir hipoclorito de sodio, es decir lejía, para eliminar microorganismos. Además, la concentración que se utiliza es realmente baja comparada con la cantidad de lejía que se utiliza cuando fregamos el suelo.

¿Qué capacidad tiene este dispositivo, cada cuánto tiempo debe ser recargado?

El modelo que tenemos aquí tiene una capacidad de 12 litros, pero otros modelos son de cuatro litros. Este está pensado para el uso profesional y poder desinfectar todo un hotel. Así desinfectamos una habitación en solo dos minutos. La duración del agua del depósito dependerá del uso del aparato. Pero puede durar muchas horas pues las gotitas que se producen son muy pequeñas.

¿Para qué ambientes está recomendado?

En general aquellos sitios que se necesiten tener operativos rápidamente. Por ejemplo, las ambulancias donde se ha llevado un enfermo y se se ha contaminado el ambiente. Tras aplicar este sistema se puede volver a entrar en la habitación inmediatamente sin problemas.

¿Podrá utilizarse este sistema en casa?

Este equipo es sencillísimo de manejar. Una persona puede aprender a utilizarlo en diez minutos. Lo hemos hecho robusto frente al mal uso. Si el equipo es mal utilizado no va ha causar ningún daño. Lo único que puede ocurrir es que moje demasiado una superficie. Su uso es muy intuitivo.

¿Qué ventaja supone este método respecto a otros, cómo el purificador de ozono?

Los purificadores de ozono desinfectan haciendo que el ozono oxide las estructuras de los microorganismos. Para desinfectar con ozono se necesitan alcanzar altas concentraciones de este gas durante mucho tiempo y como es tóxico es necesario evacuar la zona y ventilar antes de volver a entrar. Por otra parte, con los sistemas de ultravioleta es difícil que la luz desinfecte todas las zonas ya que se producen sombras. Sin embargo, Counterfog puede desinfectar una habitación en cuestión de minutos y volver a ser utilizada inmediatamente.

Ahora que por fin parece que vemos el final de la pandemia ¿Están pensado aplicar Counterfog para otras situaciones de la vida diaria, como mitigar la contaminación? ¿Cómo se podría hacer eso?

La principal contaminación de las ciudades viene del humo que generan los coches o las calefacciones. Nosotros pensamos en desarrollar unos dispositivos cilíndricos con unas boquillas que generen conos de niebla y así depurar el aire. De hecho, tenemos una estimación del número de boquillas que serían necesarias de colocar a lo largo de una carretera como la M-30 de Madrid para lavar el aire. Este sistema sería especialmente útil en situaciones de inversión térmica. Sería como tener un filtro de aire, pero más rápido y efectivo. De esta forma se eliminaría la contaminación en lugar de trasladarla a otro lugar.