El trastorno bipolar es más difícil de diagnosticar en la fase de hipomanía

La muerte de Dolores O´Riordan, la cantante de The Cranberries, ha causado auténtica conmoción. Por el momento se desconocen cuales han sido las causas de su fallecimiento, y no vamos a especular aquí sobre ello. Tan solo, a tenor de la noticia, vamos a intentar explicar cuál era y en qué consistía el trastorno que la artista padecía desde hacía años. Aunque, insistimos, no es nuestra intención insinuar que pueda estar relacionado con su muerte. Será la autopsia la que desvele lo ocurrido.

La cantante irlandesa ya había confesado que en 2015 le diagnosticaron trastorno bipolar. Se calcula que entre el 1 y el 7% de la población mundial padece trastorno bipolar, una afección que se caracteriza básicamente por los bruscos cambios de ánimo que experimenta el paciente, que pasa de vivir episodios de exaltación y euforia, a atravesar por otros de tristeza o incluso de depresión. Además, en algunos casos la persona afectada puede sufrir delirios y alucinaciones.

La fase de mayor actividad se caracteriza inicialmente por la  hipomanía, una forma más leve de manía. En este caso, priman los episodios de euforia, optimismo y exaltación, que hacen que el paciente se sienta pletórico de energía y dispuesto a todo. Por otro lado que los episodios de tristeza o bajón tienden a ser menos frecuentes y a estar más distanciados. El trastorno bipolar es más difícil de diagnosticar en esta fase. El problema es que, si no se recibe el tratamiento adecuado, comienzan a ser más frecuentes con el paso de los años y desemboca en manía, en la que se dan síntomas psicóticos.

Además, el hecho de que el paciente se note a sí mismo en plenitud de facultades dificulta que sea consciente de que tiene un problema y que, por tanto, debe acudir a un especialista. La hipomanía, en sus fases iniciales, es percibida como algo positivo tanto por quien la sufre como por quienes le rodean. Pero, con el tiempo comienza a deteriorar la vida del paciente, ya que le empuja a invertir cada vez más energía en proyectos disparatados o irrealizables, o tiende a distanciarse de su círculo íntimo y de sus colaboradores habituales, a los que no considera capaces de seguir su ritmo vital.