Sea cual sea el diagnóstico que uno recibe cuando va al médico, parece que no está de más pedir siempre una segunda opinión. Así se deduce de los resultados de un nuevo estudio realizado por la Clínica Mayo, en Estados Unidos.

Y el resultado fue que tan solo el 21% de los pacientes que lo solicitaban recibían la confirmación de que el diagnóstico inicial era correcto. Lo que significa que en el 88% restante ambos diagnósticos no coincidían.

Y es que el 22% recibió un nuevo diagnóstico, que invalidaba completamente el anterior. En el 66% restante el resultado no fue tan tajante, pero la segunda opinión sirvió para aportar matices importantes al diagnóstico inicial.

Lo que pone de manifiesto el estudio, según sus autores, es que diagnosticar una enfermedad puede suponer una tarea muy compleja, ya que hay síntomas confusos que pueden enmascarar la causa del mal que aqueja al paciente. Por eso, pedir una segunda opinión puede llegar a despejar cualquier duda, y evitar perder el tiempo con tratamientos que no sean los adecuados.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López