Solemos creer que los errores genéticos son síntoma de algo malo. Y no siempre es así. Es verdad que existen cambios en el ADN que acaban provocando enfermedades. Pero existen otros errores, conocidos como mutaciones supresoras, que tienen el efecto contrario, es decir, que mitigan o incluso anulan por completo el efecto de esas alteraciones genéticas que nos deberían hacer enfermar. Así, se conocen casos de pacientes que están perfectamente sanos a pesar de portar mutaciones genéticas que pueden causar trastornos tan graves como la fibrosis quística.

Pero descubrir estas mutaciones supresoras en genes humanos es una tarea realmente complicada, pues estas podrían producirse en una proporción de una entre varios cientos de miles, en cualquiera de los 20.000 genes humanos,. Pero, ahora, una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Toronto ha venido a echar un poco de luz a este misterio. Y lo han hecho analizando las mutaciones de los genes de la levadura.

Los investigadores midieron el crecimiento de las células cuando portaban una mutación dañina. Y, dado que esas alteraciones ralentizan dicho crecimiento, pudieron descubrir que las que no se veían afectadas en ese proceso eran las que desarrollaban también mutaciones supresoras, lo que les permitió identificar varios centenares de ellas.

Ahora, el siguiente paso de la investigación será tratar de identificar procesos similares en los seres. Humanos. Si se consigue, podría ser la puerta para fabricar medicamentos más efectivos contra algunas de las enfermedades más graves.

Fuente: https://www.sciencedaily.com/releases/2016/11/161103142243.htm

Vicente Fernández López