Hace años que a las modelos con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 18 se les prohíbe desfilar por la pasarela de la Madrid Fashion Week. Israel y Milán tienen la misma política. La primavera pasada, Francia tomó la misma decisión, iniciando una lucha contra la anorexia que ha acabado con la vigencia de la expresión “delgadez al estilo París”. Así es como algunas modelos hablan de su sueño alcanzar esta meca de la moda. Ahora, especialistas de la Universidad de Harvard han hecho un llamamiento para que Estados Unidos también regule la delgadez extrema en en la industria de la moda. Reino Unido también lo está considerando.

Según el artículo que han publicado en la revista American Journal of Public Health, hay modelos que reconocen que su trabajo consiste en no comer. Algunas han llegado, literalmente, a morirse de hambre. “Han llegado a morir de complicaciones relacionadas con el hambre, algunas veces nada más bajarse de la pasarela”, reflexionan los autores del texto.

El problema, según ellos, es que los diseñadores pueden pensar que la mejor modelo es la que más se parece a una percha. Cuanto menos volumen, mejor caer la prenda tal y como fue diseñada. Todo es más impersonal. Por eso la medida de criminalizar la contratación de modelos con un IMC inferior a 18 sería una buena forma de que tanto los agentes como los diseñadores dejarán de contar con las modelos desnutridas.

El IMC se calcula dividiendo el peso entre el cuadrado de la altura, y es una medida que se emplea tanto para saber el nivel de delgadez como para decidir si una persona tiene sobrepeso. A veces, la media del IMC de las modelos de una pasarela es inferir a 16, la barrera que la Organización Mundial de la Salud establece para detectar la delgadez extrema en adultos.

A parte de la falta de energía que conlleva, esta situación llega a causar un deterioro general de la salud. Los autores de la propuesta para Norteamérica han recordado que lo más grave es que las adolescentes toman como referencia a estas modelos, por lo que su falta de salud puede desencadenar un problema de salud pública.

Redacción QUO