14.000 científicos han firmado un nuevo documento de emergencia climática, advirtiendo que nos espera «un sufrimiento incalculable»  si no empezamos a abordar el calentamiento global de un modo radical

El nuevo artículo, publicado en la revista BioScience y dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, es una actualización de un artículo de 2019 que declaró una «emergencia climática» global y evaluó los signos vitales de la Tierra en función de 31 variables, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero, cambios de temperatura en la superficie, pérdida de masa de hielo glacial, pérdida de selva amazónica, además de varios factores sociales como el producto interno bruto (PIB) mundial y los subsidios a los combustibles fósiles.

El informe muestra que en todas las categorías ha aumentado el deterioro en los últimos dos años, con 18 de las 31 con nuevos máximos o mínimos históricos. Según el estudio, las catástrofes climáticas serán cada vez más numerosas.

Las emisiones de gases de efecto invernadero están en su punto más alto, mientras que el espesor del hielo glacial se encuentra en su punto más bajo en 71 años de registros, según el informe. El mundo es más rico que nunca (medido por el PIB mundial), mientras que el cielo está más contaminado que nunca (medido por las concentraciones de dióxido de carbono , metano y óxido nitroso en la atmósfera).

«Los signos vitales planetarios actualizados que presentamos reflejan las consecuencias de la implacable actividad habitual», escribieron los autores en el estudio. «Una lección importante de COVID-19 es que incluso la disminución colosal del transporte y el consumo no son suficientes y que, en cambio, se requieren cambios transformacionales en el sistema y deben elevarse por encima de la política».

Si bien el informe incluye algunas tendencias positivas, como aumentos récord en el uso de energía solar y eólica, e instituciones que se deshacen de dinero de la industria de los combustibles fósiles, presenta una imagen generalmente sombría del futuro, acentuada por los continuos aumentos en desastres relacionados con el clima como inundaciones, huracanes , incendios forestales y olas de calor , escribieron los autores. El planeta también puede estar a punto de pasar (o ya ha pasado) puntos críticos naturales de inflexión, como que la selva amazónica se convierta en una fuente de carbono en lugar de un sumidero de carbono, de los que será difícil recuperarse.

Todo esto se reduce a una conclusión: la futura habitabilidad de nuestro planeta depende de una acción inmediata a gran escala, advierten los autores.

Para lograr esta tarea, el equipo sugiere un enfoque de política a corto plazo de tres frentes:

  • Implementar un precio global del carbono «significativo» para reducir las emisiones
  • Eliminar  y prohibir eventualmente los combustibles fósiles
  • Restaurar y proteger ecosistemas clave ricos en carbono, como bosques y humedales, para preservar los sumideros de carbono más grandes del planeta y proteger la biodiversidad.

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