Shrek es una oveja neozelandesa que se escondió durante seis años en una cueva y no dio signos de vida hasta 2004. Al ser hallada tenía unos 27 kilos de lana, suficiente como para confeccionar 20 trajes. Lo más increíble es que Shrek no tiene el récord del mundo en este ámbito.

La mayor cantidad de lana obtenida de una oveja fueron 42 kilos, aproximadamente el doble de lo que pesaba el animal. El registro corresponde a un carnero llamado Chris, oriundo de Australia, que se extravió durante siete años y apareció vivo en 2015. La cantidad de lana era tal que esquilarla tomó 45 minutos, cuando habitualmente no se sobrepasan los tres. Chris, al igual que Shrek, era una oveja doméstica, de raza merina para más datos, y estas tienen una peculiaridad: si no se las esquila, su lana puede seguir creciendo y creciendo…

Dave Thomas, del Departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Wisconsin asegura que esto tiene una explicación evolutiva. “La mayoría de las ovejas domésticas, como Shrek, no pierden el vello naturalmente y hay que esquilarlas. De lo contrario no para de crecer. Especies salvajes como el muflón canadiense (Ovis canadensis) sí pierden el vello de modo natural, mientras que las que se crían por su carne no pierden tanto como el muflón, pero no precisan esquilas frecuentes”.

El esquilado de las ovejas, pese a las apariencias, es importante para la salud de estos animales. Así se evitan infecciones, la ceguera provocada por lana, obstrucciones en las vías urinarias y la dificultad o imposibilidad de levantarse por el peso del vello.

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