El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos ha presentado un proyecto insólito. Plantea construir un muro en el mar para evitar que Nueva York se inunde por culpa del cambio climático.

Rafa Mingorance, autor del canal de YouTube Diario Vivo Nueva York, explica  en este vídeo en qué consiste el extravagante proyecto que podría estar listo para 2046.

Texto de Rafa Mingorance

Nueva York todavía se está recuperando de los efectos devastadores que el huracán Sandy ocasionó en octubre de 2012. El vendaval mató a 72 personas y provocó daños por valor de 50.900 millones de euros. Viendo las imágenes de aquel desastre, es fácil imaginar que, en un futuro no muy lejano, la Estatua de la Libertad podría verse ahogada en mitad del océano.

La barrera tendría casi 10 kilómetros de largo y se levantaría lejos del núcleo urbano

¿Cómo impedir que suceda algo así? Entre las cinco propuestas que ha presentado el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos destaca una por sus proporciones tan extraordinarias. Lo que se plantea es la construcción de dos islas artificiales, en la bahía de Nueva York, con puertas que, al cerrarse, crearían un muro que protegería a los neoyorkinos de nuevos huracanes. La barrera tendría casi 10 kilómetros de largo y se levantaría lejos del núcleo urbano, aspecto importante, ya que se evitaría así romper el skyline de Brooklyn y Manhattan.

Entonces, si se trata de un proyecto tan bueno, ¿por qué ha generado tanta polémica? Por varias razones. Para empezar, numerosos expertos alertan de que soluciones como este hipotético muro no servirían de nada frente a las tormentas torrenciales. Más bien, todo lo contrario. El agua de la lluvia quedaría atrapada dentro de la ciudad y eso pondría en peligro los planes actuales de restauración ecológica.

Cualquier barrera que se quisiera poner en el mar,  afectaría al flujo de los sedimentos y la sal que residen en el fondo del río Hudson.

Además, habría que añadir otro problema. Con el muro al fondo cerrando la ciudad, las alcantarillas no podrían expulsar las aguas residuales y la población quedaría atrapada entre sus propios residuos. Cualquier barrera que se quisiera poner en el mar, aunque permaneciera abierta en días sin tormenta, afectaría al flujo de los sedimentos y la sal que residen en el fondo del río Hudson. ¿Y con esto qué os quiero decir? Pues que la construcción de una obra arquitectónica tan descomunal haría desaparecer buena parte de la comida que necesitan los peces que migran del río al mar.

Construir un muro de hormigón de 10 kilómetros de largo costaría 98.000 millones de euros y se tardarían 25 años en terminarlo. ¿Alguien sabe cómo serán las condiciones medioambientales del planeta en 2046 para estar seguros de que el muro cumplirá bien con su objetivo?

Hay otros ejemplos de diques que ya funcionan para compararlos con el proyecto de Nueva York. Uno bueno sería el que se encuentra en Holanda y que se llama Osterschelde. Está considerado una de las 7 maravillas modernas del mundo. Se construyó después de la gran inundación que asoló al país en 1953.

Osterschelde es el gran ejemplo e la constante lucha de los Holandeses contra el mar construyendo titánicos diques.

Tiene casi 8 kilómetros de longitud y consta de pilares y compuertas que se mueven hacia arriba y hacia abajo. Desde que entrara en funcionamiento, el dique ha evitado inundaciones; pero también ha causado daños medioambientales. Los ecologistas aseguran que ha modificado todo el ecosistema de las marismas.

La solución sobre cómo proteger a Nueva York del cambio climático es tan solo un ejemplo del desafío que, en realidad, deben enfrentar otras muchas ciudades. Las áreas costeras impulsan buena parte de la economía y albergan al 40% de la población mundial. En Barcelona, podría desaparecer la Sagrada Familia por culpa del aumento del nivel del mar.  Podríamos perder Venecia y Nueva York. ¿Estamos a tiempo de detener el cambio climático y sus consecuencias?