La palmera datilera de Judea se había extinguido hace 800 años, estas se han cultivado a partir de semillas de casi 2.000 años de antigüedad recuperadas de excavaciones arqueológicas

A los romanos les encantaban los dátiles de Judea. La producción de dátiles era tan importante que las monedas del emperador Vespasiano que conmemoraron la conquista de la región tenían una palmera. Por desgracia la planta se extinguió hace 800 años.

Sin embargo, en 2008 un equipo de investigadores obtuvo huesos de dátiles de las ruinas de la antigua ciudad de Masada, junto al Mar Muerto. Las hicieron germinar y el resultado fue una palmera de Judea (Phoenix dactylifera) a la que llamaron Matusalén, y que a día de hoy produce polen.

En esta ocasión los investigadores de la organización médica Hadassah de Israel consiguió cientos de semillas de dátiles de la fortaleza-palacio del rey Herodes el Grande, y de cuevas cercanas al Mar Muerto. De todas ellas, consideraron que 34 eran viables, se pusieron en remojo y se añadió fertilizante para favorecer la germinación.

Seis de estas semillas germinaron, proporcionando a Matusalén una familia. Esto ha permitido realizar pruebas que antes eran imposibles con un solo ejemplar. La datación por carbono 14 dio como resultado la antigüedad de las semillas, entre 1.800 y 2.400 años de edad.

Créditos: Guy Eisner

A continuación se analizó el genoma de estas plantas resucitadas, comparándolas con las palmeras datileras actuales, descubriendo que se habían producido intercambios de material genético entre las plantas de Medio Oriente y las que provenían del norte de África. Esto es una prueba de que las plantas fueron cultivadas y seleccionadas en su día para obtener características deseables, como ocurre en la actualidad.

Los escritores clásicos como Herodoto, Galeno o Plinio el viejo mencionan los dátiles de Judea en sus obras, alabando su gran tamaño (hasta 11 centímetros de largo) y cualidades nutricionales. Todo parece indicar que los dátiles de la antigüedad eran mucho más grandes que los actuales.

Queda por responder la pregunta de cómo es posible que estas semillas hayan permanecido viables durante dos milenios. El mecanismo por el que los dátiles han llegado a nosotros podría llevar a descubrimientos importantes para la agricultura y la conservación de semillas de otros cultivos.

Sabiendo qué genes están implicados, también será posible obtener en el futuro dátiles como los que comían los romanos. Así sabremos por qué les gustaban tanto.

REFERENCIAS

Germination, Genetics, and Growth of an Ancient Date Seed

Origins and insights into the historic Judean date palm based on genetic analysis of germinated ancient seeds and morphometric studies