Las baterías de ión litio, como las de los móviles, suministrarán la energía a los vehículos del futuro.

En los teléfonos basta con una, pero en los coches se necesitan centenares. Tienen una vida estimada de 100.000 km, y cierta tendencia al recalentamiento; el vehículo ha de llevar sistemas de refrigeración adicicionales.

Su inconveniente es que casi la mitad de las fuentes mundiales de litio están en lugares recónditos, como los Andes bolivianos. El precio del litio se ha multiplicado por ocho en 6 años: 2.350 € la tonelada. De 2002 a 2020 se prevé que la demanda se cuadruplique.

Redacción QUO