Una placa que podría pertenecer al avión desaparecido de Amelia Earhart se va a someter a distintas pruebas en un reactor nuclear

En 1937 Amelia Earhart inició el que habría sido el viaje de su vida para la vuelta al mundo en avión bordeando el ecuador. Nunca regresó.

Amelia Earhart fue la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico en avión en el año 1928, y la primera mujer en hacer este vuelo sola en 1935. Se convirtió así en la primera persona que lo había cruzado dos veces.

En su último viaje la acompañaba el navegante aéreo Fred Noonan. Sin embargo, la larga experiencia de ambos no fue suficiente para evitar que el 2 de julio a las nueve y media de la noche el avión y sus dos tripulantes se dieran por perdidos. Ni sus cuerpos ni el avión se encontraron jamás.

¿Dónde está el avión de Amelia Earhart?

Su último contacto con un barco de la Guardia Costera advertía de que Amelia y su copiloto se estaban quedando sin combustible. Por este motivo, se estimó que el avión habría caído a una distancia de entre 56 y 160 km de la isla de Howland, entre Australia y Oceanía, su próximo destino.

En 1991, Richard Gillespie, un entusiasta de esta gran aviadora encontró un panel de aluminio entre los restos de una tormenta en la isla de Nikuamaroro, a unos 480 km de Howland.  Gillespie dirige una asociación con la que en 1988 inició un proyecto para resolver esta desaparición.

Gillespie ha solicitado a investigadores de la Universidad de Pensilvania, EE UU, que sometan la placa a diferentes radiografías para comprobar su origen y examinar su composición. Sin embargo, una radiografía normal no basta. Es necesario un reactor nuclear para su análisis.

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Director del Centro de Ciencias de Radiación e Ingeniería de la Universidad de Pensilvania con la placa que podría pertenecer al avión de Amelia Earhart. Fuente: Penn State University

Cómo hacer radiografías con un reactor nuclear

Los investigadores usarán una técnica conocida como radiografía de neutrones. Consiste en disparar haces de neutrones desde un reactor nuclear contra el objeto que se quiere analizar. Los neutrones atraviesan fácilmente materiales como el aluminio, pero rebotan en los materiales orgánicos que contienen hidrógeno y carbono.

El funcionamiento es similar a lo que ocurre con una radiografía de rayos X, que atraviesan los tejidos blandos del cuerpo, pero rebotan en los huesos. Sin embargo, los rayos X rebotan en el aluminio y por eso son necesarios los neutrones.

El haz neutrones debería revelar cualquier resto del panel que no sea de aluminio, por ejemplo, trozos de coral que podrían haber rellenado un número de serie grabado en el metal.

En este caso se utilizará el reactor Breazeale de la Universidad de Pensilvania, el más antiguo de Estados Unidos. Hasta el momento ya se ha determinado que la placa se cortó con un hacha a lo largo de sus bordes, excepto un lado que se habría  desprendido a cause de un forcejeo continuo.

Qué pueden revelar los resultados de la radiografía de neutrones

Si la radiografía finalmente revela un número de serie, habría que confirmar en los registros que pertenece al avión de Earhart. Además, la placa, se someterá a un análisis de activación de neutrones que revelará de qué tipo de aleación está hecha.

Si la aleación de aluminio es posterior a la Segunda Guerra Mundial, quedaría descartado que se tratara del  avión de Earhart. Pero si coincide con las aleaciones utilizadas en los años 30, habría más probabilidades.

Los resultados de este análisis no se harán públicos hasta principios del verano de 2021. Tanto si se resuelve el  misterio como si no, será un buen momento para leer los últimos mensajes que Earhart envió a su pareja:

“Quiero hacer este viaje porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres. Cuando ellos fallaron, sus intentos deben ser un reto para otros”.

REFERENCIAS

Investigating Amelia Earhart’s disappearance mystery with neutrons