Según las oficinas de registro, una inteligencia artificial no puede patentar un invento, sólo las personas están autorizadas, algo que podría frenar los avances tecnológicos y la inversión en innovación en los próximos años

La inteligencia artificial Dabus, creada por el inventor Stephen Thaler, es la «mente» detrás de dos inventos: un diseño de contenedores de alimentos que se apilan y facilitan el transporte, y una luz que, en situaciones de alerta, parpadea de tal forma que resulta difícil de ignorar. La Artificial Inventor Project (AIP) presentó ante las oficinas de registro de Estados Unidos, de la Unión Europea y del Reino Unido ambas patentes poniendo como autor no a Thaler, sino a Dabus. Por esta razón ninguna oficina aceptó el registro.

Los tres organismos insisten en que la ley sólo permite a personas inscribirse como autoras de una patente.  Normalmente el inventor es un individuo y el propietario de la patente, la empresa para la que trabaja. Pero AIP pide que en este caso se registre a Dabus como inventora, y como propietario a Thaler. La AIP va a apelar la decisión de rechazar el registro a un tribunal superior.

Aunque Thaler es el creador de Dabus, no tiene conocimiento de los inventos que la inteligencia artificial estaba desarrollando de forma autónoma. Dabus llegó a sus inventos después procesar una gran cantidad de información previa, por lo que el equipo legal de AIP insiste en que debe figurar como legítimo inventor.

“La inscripción de Dabus como creadora de los inventos sería un reconocimiento y la máquina se volvería más valiosa. Por otra parte, incentivaría la innovación”, Ryan Abbot abogado de AIP.

El abogado de AIP Ryan Abbot fue quien comenzó todo el proceso de registro: «si escribo un documento con Microsoft Word, eso no convierte a Microsoft Word en el autor, y si utilizo una hoja de cálculo de Excel, eso no convierte a Excel en inventor de una patente mía». Sin embargo Abbot sí creía que podía haber situaciones en las que un software o algoritmo deberían ser considerados como el creador de un invento.

Según Chris Mammen, abogado especialista en propiedad intelectual, «si la inteligencia artificial fuera considerada como una inventora, debería ser capaz de firmar contratos». El abogado indica que también tendría que poder autorizar licencias y presentar demandas, pero no puede.

«No cuestiono que una IA sea realmente buena para resolver problemas de maneras distintas y nuevas, que las personas tal vez nunca podrán idear. Pero en cuanto a las normas, no estoy seguro de que nuestro sistema de patentes sea la herramienta adecuada para recompensar el desarrollo de ese tipo de soluciones», afirma Mammen.

En casos como este donde las personas no pueden inscribirse como inventoras porque no lo fueron y la IA tampoco porque no está permitido, la invención podría no patentarse

El que una patente se quede sin registrarse por esta causa podría hacer que las empresas se lo pensaran a la hora de invertir en inteligencia artificial, y se podrían retrasar avances importantes. Patentar una innovación supone beneficios para las empresas, como la exclusividad en las ventas durante varios años, protección contra el plagio, ventajas sobre la competencia y, además, prestigio.

La UE debatió sobre este asunto hace unos años y se planteó crear una “personalidad electrónica”, aunque finalmente la idea no prosperó precisamente por los mismos argumentos que explica Mammen. Sin embargo, en China se ha aceptado a una inteligencia artificial de la empresa Tencent como autora de un artículo, y con derechos de propiedad intelectual sobre él.

Países como China sí que permiten que una inteligencia artificial se registre como autora de una patente, ya sucedió con la IA creada por la gran empresa tecnológica china Tencent.

REFERENCIAS

EPO publishes grounds for its decision to refuse two patent applications naming a machine as inventor

Decision of United States Patent and Trendmark Office

Decision of UK Intellectual Property Office

Court rules AI-written article has copyright

Patent application of The Artificial Inventor Project

Inteligencia Artificial, ¿podemos fiarnos de sus descubrimientos?