Lista de materiales:

Placa base ASRock AD2700-ITX mini (50 €)

Disco duro interno Seagate 500 GB (60 €)

Batería (12 €)

Dos memorias DDR3 SO-DIMM 2 GB RAM (20 € cada una)

Monitor led ViewSonic 27 pulgadas (220 €)

Cable (10 €)

Joystick X-Arcade Tankstick + Trackball (40 €)

Tabla de 2 x 4 m (20 €)

Contrachapado (15 €)

Plexiglás de 2 cm de grosor (150 €)

Plexiglás transparente (45 €)

Bastidor (40 €)

Luces de neón (8 € cada una)

Altavoces Logitech X-140 (20 €)

Pintura en spray negra (8 €)

Kegerator Avanti Portable Party Pub (190 €)

Grifo de cerveza (50 €)

Televisores de alta definición, equipos de sonido Hi-Fi, elegantes videoconsolas… Todo ello hace que sea fácil olvidar que los videojuegos eran reproducidos en elaboradas piezas de mobiliario público. En las décadas de 1970 y 1980 (la época dorada de los videojuegos arcade), algunos juegos como Space Invaders y Comecocos fueron embalados en mesas bar en las que era posible sentarse y tomar una copa mientras se jugaba. No eran tan comunes como los muebles verticales que se veían habitualmente, pero eran un excelente caballo de Troya para colar diversión y bebida en un solo dispositivo.

Ahora, esas mesas-bar son apreciados objetos de colección, con los restauradores sedientos de encontrar sus polvorientos circuitos. Los entusiastas de juegos arcade se han unido en torno a la plataforma MAME (Multiple Arcade Machine Emulator, un simulador de software), que hace que sea fácil jugar cientos de juegos clásicos en un PC moderno.

Un gabinete de MAME es poco más que un ordenador, un monitor y un joystick conectados, por lo que construir uno puede ser una tarea sencilla. Nosotros siempre hemos querido uno de estos gabinetes en la oficina, pero cuando esbozamos los planos, nos percatamos de que si utilizamos componentes informáticos modernos y una pantalla plana en lugar de un televisor de tubo antiguo, sobra mucho espacio en el interior. Tanto como para instalar allí un barril de cerveza con nevera incluida, conocido como kegerator. O lo que es lo mismo: el santo grial de los videojuegos.

La estructura
Comenzamos con la estructura: una caja hecha con una tabla de madera de 2 x 4 m. Construir el marco desde cero nos permitió adaptarnos a las dimensiones de los componentes que queríamos encajar dentro. Sabíamos que queríamos algo de la altura de una mesa (cerca de 70 centímetros) y lo suficientemente grande para un monitor de pantalla ancha, pero que no se convirtiera en un armatoste. Esto descartaba un kegerator convencional. En cambio, elegimos uno en miniatura (el Avanti Portable Party Pub, 190 €), diseñado para adaptarse a barriles de 5 litros. Recurrimos a un monitor LCD de 27 pulgadas, un tamaño ideal para proporcionar una imagen satisfactoria, pero no tanto como para ocupar toda la superficie de la mesa.

El marco resultante mide aproximadamente 75 x 75 centímetros, y es de unos 70 centímetros de altura. Conectamos la estructura con soportes en forma de L y los atornillamos a una base de madera.

Si la idea es colocar una nevera y un montón de aparatos electrónicos en una caja cerrada, es necesario disipar el calor. Al principio pensamos que íbamos a necesitar ventiladores, pero optamos por utilizar bastidores y que los aparatos electrónicos “respirasen” naturalmente.

Debido a que los monitores están optimizados para que la imagen sea vista en un ángulo determinado, lo más adecuado es inclinarlo 20º.

Debido a que la mesa estaba concebida para jugar, pero también para beber, necesitábamos una cubierta impermeable. La elección fue una hoja de plexiglás blanco y otra de transparente encima del monitor. Lo ideal habría sido cortarlos con un cortador láser, pero no teníamos en la oficina, y la solución llegó desde el departamento de Prueba de Productos. Allí había un montón de sierras de muestra y las usamos para cortar los perfiles básicos.

Los juegos
Después de todo esto, no teníamos más que una mesa. Lo siguiente era conseguir poner en funcionamiento el sistema de juego. La buena noticia es que los viejos videojuegos no requieren mucha potencia: cualquier ordenador hecho en los últimos 10 años es suficiente. Se utilizó una combinación de placa base ASRock/CPU y una unidad de disco duro Seagate de 4 GB de RAM. Utilizamos Windows 7 como sistema operativo (aunque MAME también se ejecuta en Linux, para quienes deseen probarlo), pero como no queríamos ver Windows cada vez que arrancase, instalamos el sistema MAME junto con Maximus Arcade, un cargador frontal. De este modo, la máquina comienza directamente en la interfaz de juego.

En cuanto a la obtención de los juegos en sí, es fácil: una sencilla búsqueda en internet de cualquier título seguido de “ROM” dará resultados. Pero hay un punto complicado: el legal. Los desarrolladores de MAME dicen que su software está diseñado para la preservación histórica, y el hecho de que les permite utilizar juegos ROM es “un efecto secundario agradable”. En teoría, si eres dueño de, por ejemplo, un cartucho de Nintendo y quieres jugar el juego en este equipo, debería ser tan legal como grabar en vídeo un programa de televisión. Aunque algunos fabricantes de videojuegos discrepan y aseguran que no se puede medir el tiempo de uso de los videojuegos de la forma en que se hace con los programas de televisión. Ante la duda, lo más seguro es comprar cartuchos originales de los ROM.

La cerveza
El útimo paso era conectar el grifo de cerveza en la mesa. Con el taladro realizamos un agujero de la medida deseada en el sobre, pasamos el tubo de plástico y montamos el grifo. Debido a que las monturas de grifos y kegerators a veces son distintas, tuvimos que utilizar diferentes adaptadores. Si bien la cerveza no se filtra, sí sale con demasiada espuma. Estamos trabajando para solucionar este inconveniente…algo que haremos al final de la partida de Space Invaders.

Construimos un marco básico

Una caja hecha con una tabla de madera de 2 x 4 m. Construir el marco desde cero nos permitió adaptarnos a las dimensiones de los componentes que queríamos encajar dentro.

Para suavizar los bordes, utilizamos una lijadora, y para redondearlos, una buriladora

Le quitamos la tapa al kegerator (que no es otra cosa que un barril de cerveza con nevera inclluida) y colocamos un tubo de plástico más largo

Pegamos el marco a la mesa. El marco resultante mide aproximadamente 75 x 75 centímetros, y es de unos 70 centímetros de altura. Conectamos la estructura con soportes en forma de L y los atornillamos a una base de madera.

Atornillamos el grifo y debido a que la mesa estaba concebida para jugar, pero también para beber, necesitábamos una cubierta impermeable. La elección fue una hoja de plexiglás blanco y otra de transparente encima del monitor.

Finalmente realizamos los ajustes finales en el tubo de cerveza, y sólo quedaría poner en funcionamiento el sistema de juegos.