Diseñado por Walter da Silva, responsable también de la estética del Scirocco y el Golf, el nuevo Polo se presenta apostando por la sencillez en las líneas y apoyándose en una plataforma común del grupo VW estrenada en el Ibiza en 2008. Tantas sinergias hay, que un 60% de las piezas son comunes en ambos coches, al igual que ocurre en el Fabia y, en breve, ocurrirá en el Audi A1. La explicación está no solo en la fiabilidad de esta base, sino también en los importantes costes de desarrollo de la diferentes piezas de un vehículo. La creación de un nuevo salpicadero, por ejemplo, cuesta 12 millones de euros.

De los siete motores que monta, cinco lo hacen por primera vez en este nuevo Polo, que también “estrena” en la gama el sistema Common Rail, un mecanismo de gestión del combustible al que han terminado rindiéndose después de que sus competidores demostraran la superioridad de la solución.

Marta García Fernández