Allá por el mes de noviembre, Facebook lanzaba su primera experiencia piloto en Australia sobre este tema: pedía a sus usuarios que subieran a la plataforma aquellas fotos y vídeos eróticos que tuvieran en sus móviles y ordenadores. La reacción de la gente fue de estupefacción. ¿Era real? ¿No se trataba de algún tipo de virus intentando recopilar nuestros secretos más indecorosos? Parece que no.

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La compañía de Mark Zuckerberg quiere evitar la subida de imágenes inapropiadas a Facebook, al igual que Instagram o Messenger. Ya no solo eso, ni siquiera que se lleguen a poder compartir dentro de la plataforma. Pero para ello, necesita antes tener esos documentos, de manera que el servidor detecte que se está intentando subir esas imágenes desde otro punto de la Red y evitar esa subida. Esta forma de actuar es la que se conoce en Internet como “porno de venganza”: un usuario se aprovecha de los archivos pornográficos o eróticos que grabó con su expareja, para sobornarla o acabar con su reputación por la Red. Para evitar ese mal trago, Facebook quiere ayudar con este nuevo sistema.

El funcionamiento es sencillo: una vez un usuario decide las imágenes que quiere proteger, las sube a un apartado especial de Facebook, donde un equipo de personas entrenadas para este propósito debe clasificarlas y etiquetarlas en un proceso al que llaman “hashing”, en el que la imagen pasa a ser un código numérico al que ningún humano puede acceder.

Tras las primeras pruebas en Australia, ahora la compañía se lanza a probar en otros países y apunta bien alto: Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. La gente sigue escéptica y más aún desde que el propio Facebook sufriera el robo de las cuentas personales por parte de Cambridge Analytica. Si ya hay gente que ni siquiera sube ya imágenes a Facebook… ¿subirían fotos o vídeos pornográficas?

Seguiremos atentos…

Alberto Pascual García