Aunque realmente se trata de un proyecto artístico, ha captado la atención de muchos. Se trata del último trabajo del artista australiano Michael Candy, quien ha querido demostrar cómo la tecnología puede integrarse con el mundo natural en un fascinante ejemplo de biomimetismo.

Estas flores robotizadas buscan formar parte del sistema de polinización biótico de la naturaleza, en el que intervienen aves, insectos o murciélagos, y convertirse en el centro de atracción de las abejas gracias a un dispositivo que dispensa polen. El sistema se ayuda de servos y actuadores para distribuirlo, así como el néctar sintético, el cual acaba surgiendo en el centro de cada flor y quedándose en los cuerpos de las abejas que se acercan hasta ella. Un proceso exitoso de polinización que ha sido grabado en vídeo con una cámara.

[vimeo]https://player.vimeo.com/video/250782302[/vimeo]

SYNTHETIC POLLENIZER from michael candy on Vimeo.

El autor asegura que el proceso para conseguir que las abejas llegasen a sus flores robotizadas ha sido todo un reto, ya que existen tantas en el mundo que es algo muy extraño que acaben siendo atraídas por el dispositivo. En un primer momento, la idea era otra. Según declaraciones a Digital Trends, Michael Candy apunta que “el concepto inicial era crear una herramienta que nos ayudase a monitorizar el vuelo de las abejas gracias a un poco de tinte que se dispensaba en estas flores y pintaba sus espaldas. De esta manera, podíamos conocer qué abejas visitaban qué zonas y cuándo lo hacían: una técnica no invasiva para hacernos con información cuantitativa útil y poder así fotografiarlas. Este proyecto ha demostrado que la tecnología y la naturaleza pueden vivir en harmonía”.

Más información en su página web.

Alberto Pascual García