Si alguien te envía mensajes de móvil con frecuencia, muy extensos y ricos en abreviaturas ingeniosas, seguramente será una persona extravertida y con una alta autoestima.

Así lo afirma un estudio de la Universidad de Melbourne, según el cual, los mensajes muy cortos, fríos y elusivos pueden ser indicios de una personalidad antisocial.

Tal y como indica Teresa Turrell, catedrática de Lingüística Forense de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona: “El uso libertario del lenguaje que hacen los usuarios de este tipo de mensajes les permite elaborar un estilo de escritura muy personal”.

Tan personal que a través de ellos se puede conocer mejor el carácter de sus autores. En algunos casos, la información que porporcionan ha servido para resolver crímenes. Así, en 2008 un Tribunal británico condenó a David Hodgson por el asesinato de la joven Jenny Nicholl gracias a los once SMS que el asesino envió haciéndose pasar por su víctima.

Comparándolos con los de la auténtica Jenny, los especialistas revelaron las diferencias que existían, como que el asesino escribía el número 2 cuando la víctima usaba la abreviatura to (por two, dos en inglés); en total, gracias a los mensajes se obtuvieron casi cien indicios de la culpabilidad de Hodgson.

Redacción QUO