En los últimos dos años se ha creado más información que en toda la historia de la humanidad. Tan rápido está creciendo esta tendencia que se estima que en 2020, se crearán 1,7 megabytes de información (unos cuatro libros) por segundo y por habitante del planeta.
La necesidad de almacenar todo este caudal de datos es lo que ha llevado a científicos del Kavli Institute de Nanociencias de la Universidad de Delft ha crear un disco duro reducido a su mínima expresión. Liderados por Sander Otte, han creado una memoria de un kilobyte en la que cada bit está representado por la posición de un átomo de cloro.“En teoría, esta densidad de almacenamiento permitiría guardar todos los libros escritos por la humanidad en una memoria del tamaño de un sello postal “, explica Otte. Esto significa que la densidad de este tipo de memoria es 500 veces mejor que la del mejor disco duro disponible comercialmente.
El estudio ha sido publicado en Nature Nanotechnology y para demostrarlo han escrito parte de la conferencia del físico Richard Feynman, Hay más sitio al final. En 1959 Feynman especulaba que si pudiéramos manipular los átomos en un orden preciso, sería posible utilizarlos para guardar información. Así el equipo de Otte ha guardado una parte de esta conferencia en un área de 100 nanómetros de ancho. Para ello utilizaron un microscopio de efecto túnel (STM por sus siglas en inglés) y una aguja que situaba a los átomos uno por uno en su sitio. “Se podría comprar con deslizar las piezas de un puzzle – señala Otte –. Cada bit consiste en dos posiciones sobre una superficie de átomos de cobre y un átomo de cloro que podemos mover entre estas posiciones”.
Por ahora este disco duro funciona en condiciones de vacío y a temperaturas muy bajas, “pero demuestra que estamos cada vez más cerca de conseguir este tipo de memoria a escala atómica”, concluye Otte.

Juan Scaliter