Más finos que un cabello humano, así son las nuevas celdas fotovoltaicas desarrolladas por un equipo de científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Gwangju, de Corea del Sur.Y tan flexibles que se pueden enrollar en un lápiz.

El hallazgo, publicado en Applied Physics Letters, se basa en un material muy delgado que evita el estrés al que son sometidos los materiales más gruesos al doblarse o plegarse. “Nuestra celda es de un micrómetro de espesor – señala Jongho Lee, uno de los responsables del desarrollo –. Un micrómetro es mucho más fino que un cabello humano. Las celdas convencionales son habitualmente cientos de veces más gruesas y aún las más delgadas tienen un grosor entre 2 y 4 veces mayor que la que hemos desarrollado”.
El material utilizado es arseniuro de galio, un semiconductor colocado sobre un sustrato flexible, sin utilizar adhesivos, sino forjando en frío la combinación a una temperatura de 170ºC. Las pruebas llevadas a cabo muestran que se puede doblar en un radio tan pequeño como 1,4 milímetros, manteniendo sus propiedades. De este modo estos pequeños paneles solares pueden integrarse en gafas o tejidos para alimentar la futura generación de wearables.

Juan Scaliter