Ya hace mucho tiempo que se viene hablando de que en un futuro no muy lejano no nos será extraño saber que la gente mantiene sexo con robots. A muchos, solo oír hablar de este tema les provoca una reacción que les hace poner nariz de ratón mientras abren atónitos los ojos en señal de sorpresa.

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Pero pese a que aún parezca algo disparatado, la tecnología está allanando el camino para un futuro en el que el sexo con robots no solo sea posible, sino que no suene nada raro. Recientemente, la doctora Helen Driscoll, de la Universidad de Sunderland en el Reino Unido, reconocía que “la robofilia puede sonar extraña hoy en día, pero podría ser normal en un futuro próximo a medida que nuestras actitudes evolucionen con la tecnología”. De hecho, los fabricantes del robot Pepper prohibieron expresamente mantener relaciones sexuales con su robot. Ah! También existen ya películas porno hechas con drones (grabadas incluso sin el consentimiento de la parte afectada…).

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Malas prácticas aparte, esa tendencia predecible en nuestro futuro horizonte de sucesos ha provocado que algunos científicos como los de la Universidad de Stanford sientan curiosidad por cómo reaccionamos ante las proposiciones indecentes de un robot. Tras realizar varios experimentos en los que los investigadores medían la reacción física de un grupo de voluntarios al tocar las partes íntimas de una máquina, nos excita casi igual que cuando lo hacemos con un humano.

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Para llegar a estas conclusiones, los científicos programaron al pequeño robot NAO para que le pidiera ‘marcha’ a los humanos. Según explican los investigadores, cuando NAO pedía a los participantes que le tocasen las nalgas o los ojos, los sensores colocados en la mano libre del voluntario observaron un notable aumento en la conductividad de la piel, una respuesta que indica que hay excitación. «Este estudio demuestra que la gente reacciona ante los robots de una forma social y primitiva», afirma en un comunicado Jamy Li, uno de los autores de la investigación.

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«Gracias a esto sabemos que las convenciones sociales acerca de tocar las partes íntimas de otra persona también se pueden extrapolar a un robot. Este hallazgo tendrá implicaciones tanto para el diseño de futuros robots como para el desarrollo de software de inteligencia artificial». Esto demuestra que la ciencia ficción parece el auténtico Nostradamus ¿acabaremos enamorados de robots? Tiempo al tiempo.

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Fuente: popsci.com

Redacción QUO