En la actualidad Marruecos importa un 97% de sus necesidades energéticas, algo que lógicamente pretender evitar. Para ello ha dado un paso definitivo comenzando la construcción de una planta solar cerca del desierto del Sahara, en Ouarzazate.
Noor 1, es la primera fase y generará unos 160 megavatios, lo suficiente para dar electricidad a 650.000 marroquíes desde el amanecer hasta tres horas después del ocaso. Pero en 2018, cuando la planta funcione a pleno rendimiento, llegará a los 580 megavatios, una cifra que equivale a las necesidades de consumo de 1,1 millones de personas.
Este proyecto está compuesto de unos 500.000 espejos curvos, de unos 12 metros de alto cada uno, que concentran la luz en una tuberías que contienen un aceite térmico sintético que al elevar su temperatura, calienta una fuente de agua para generar vapor y hacer girar unas turbinas. El objetivo es que en 2020, el país pueda generar un 42% de su consumo energético mediante fuentes renovables. El proyecto requerirá una inversión de cerca de 9 mil millones de euros, del que participan el Banco Europeo de Inversiones o el Banco Mundial.
Al mismo tiempo, han comenzado las obras para la que será la planta eólica marina más grande del mundo y que estará ubicada en la costa norte de Inglaterra, en Yorkshire. Se trata de 147 turbinas de 190 metros de alto cada una, capaces de producir 1,2 gigavatios, suficiente para dar electricidad a un millón de habitantes de la zona. Todo el emprendimiento ocupará un área de 407 kilómetros cuadrados, unas cuatros veces la superficie de Barcelona

Juan Scaliter