Estamos rodeados de objetos plásticos que se producen mediante moldeo por inyección: cubiertos de plástico, sillas, envases y hasta las piezas de Lego. Pero el origen de esta técnica no tiene tanto que ver con la producción masiva, sino con un desafío. Bill Hammack, más conocido como The Engineer Guy (El Ingeniero) explica en uno de sus vídeos, el origen de un sistema de producción tan masivo que allí donde miramos, hay ejemplos.
Todo comenzó como un modo de resolver un problema de billar, literalmente. A finales del siglo XIX, las bolas de billar se hacían con el marfil de los colmillos de elefantes. Un hecho que comenzó a diezmar la población de estos paquidermos. Para resolverlo, los productores de billares ofrecieron una recompensa de 10.000 dólares de entonces (unos tres millones actuales) para quien concibiera un reemplazo al marfil. Uno de los aspirantes al premio fue John Hyatt, quien en 1872 registró la primera patente de una máquina de moldeo por inyección que, básicamente, consistía en un pistón que inyectaba derivados de celulosa fundidos en un molde.
Aunque el producto obtenido no logró reemplazar al marfil (y obviamente tampoco obtuvo la recompensa) sí fue el puntapié definitivo para una industria, la del plástico.
En esencia el moldeo por inyección es sencillo: se utiliza una jeringuilla (de diferentes tamaños y capacidades) para introducir el plástico en un molde. Se deja el el material se enfríe, se quita el molde y “aparece” el producto.
Pero la realidad no es tan sencilla, como explica Hammack. Primero, las piezas de plástico, gránulos, se derriten en el interior del inyector mediante calentadores. La pieza que inserta el líquido, el husillo, parece más un tornillo que una jeringuilla. Esto hace que el plástico avance de modo uniforme a medida que se vuelve líquido y, en lugar de insertar un cilindro en el molde, inyecta una capa exterior que tiene una temperatura homogénea, evitando así el defecto de los primeros prototipos en el que parte del producto estaba frío (el centro) y parte caliente, el exterior.
Otro detalle de interés es que, para desprenderse del molde, este tiene un pequeño ángulo que evita el vacío creado por las líneas rectas, cuando se retira el molde.
Esto se ve mucho mejor en el vídeo (6:50).
Toda la producción de plástico utilizando esta técnica se realiza en segundos, pero fue preciso desarrollar muchas innovaciones para alcanzar dicha sencillez.

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Redacción QUO