Esta semana el Ministerio de Infraestructura de Japón anunció que los ascensores del país pronto podrían contar con una nueva característica: aseos. Así dicho puede parecer otra muestra de la creatividad extremay sorprendente que a menudo exhiben los japoneses. Y es cierto, pero primero habrá que quitarse de la mente la imagen de un orinal abierto y pensar en una realidad que para los habitantes de este país resulta crucial y casi razonable.
Fue el mismísimo gobierno japonés quien solicitó una reunión con toda la industria del ascensor, después de que un terremoto de magnitud 8.1 golpeara al sur de Tokio y dejara inoperativos 19.000 de de ellos. Un terremoto en 1992 en Tokio provocó que la mayoría de los ascensores se detuvieran durante todo un día. Otro, movimiento sísmico en 2005 dejó 64.000 ascensores paralizados, con personas atrapadas dentro. Algo que también ocurrió en 2011 con victimas que tuvieron que pasar hasta 10 horas encerradas en estas cajas. ¿A que ahora no suena tan mal un baño en un ascensor?
En respuesta a estos incidentes, Tokio creó la Asociación Japonesa Ascensor Kanto ,un organismo que investiga qué ocurriría si miles de personas quedaran atrapadas por un terremoto e ideó una serie de métodos para tratar de evitarlo, incluidas fuentes de abastecimiento energético de reserva y sistemas de alerta temprana que ayudarían a la gente a escapar de ascensores si ocurre un terremoto. También aseos y agua potable, servicios que harían más cómodo el tiempo que la gente pueda estar atrapada en un ascensor. Al menos para los que tienen una emergencia. Tan seriamente se contempla la idea que algunos gobiernos locales ya han comenzado a poner baños portátiles en los ascensores.
Este video muestra cómo sería el retrete sube y baja.

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Juan Scaliter