200 a. C.: Todo comenzó con un bambú lanzado al fuego en China. Al expandirse el aire en el interior, explotó. Los aldeanos decidieron que era un buen modo de ahuyentar a los espíritus.

Entre el 600 y el 900: La mecha se encendió cuando un alquimista chino combinó azufre, carbón y salitre, y le prendió fuego. Cuanto más oxígeno tenía el salitre, mayor era la explosión. Los chinos no tardaron mucho en mezclar ese polvo con rocas y metal para hacer bombas.

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1295: Marco Polo llevó los fuegos artificiales a Europa junto con porcelana, joyas y especias. Cosas aburridas que no explotan.

De 1400 a 1500: El Renacimiento produjo grandes avances en arte, literatura… y fuegos artificiales. Los árabes los trajeron a la Península Ibérica y se convirtieron en tradición en Valencia, Murcia y Alicante.

1635: John Bate publicó Misterios de la Naturaleza y el Arte (cuatro tomos). En el segundo se daban pistas de cómo crear un dragón de fuego y otros espectáculos pirotécnicos. El libro resultó una inspiración para un jovencísimo Isaac Newton.

1730-1740: El poder para el pueblo. Al menos el de crear explosiones. Si antes solo los usaba la realeza, los independentistas de las colonias inglesas los usaron para celebrar sus éxitos. Y desde 1777 se volvieron costumbre en EEUU.

1830-1840: Llegó el color con los pirotécnicos italianos. Lo conseguían agregando sales metálicas como estroncio para el rojo, bario para el verde, cobre para el azul y sodio para el amarillo. El clorato de potasio aumentaba el brillo.

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1966: Las cherry bombs (petardos con forma de cereza) usadas durante la Guerra Civil de EEUU, fueron prohibidas por su potencia. Pero Keith Moon, bateria de The Who, las empezó a usar para divertirse. Era la broma Mr. Moon.

1976: Nació uno de los primeros protocolos de seguridad. La mecha debía arder al menos tres segundos y como máximo 9. Ese año, las etiquetas de advertencia en los petardos se convirtieron en norma de seguridad.

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1999: Un mundo feliz… para los “pirotecnomaníacos”. Disney fue el mayor consumidor de fuegos artificiales en Estados Unidos. Un año antes del cambio de milenio, en el parque Epcot se utilizó aire comprimido en lugar de pólvora para lanzar los fuegos artificiales conmemorativos.

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2008: El Comité Olímpico Chino admitió que en la inauguración se utilizaron imágenes generadas por ordenador (CGI), para que a los telespectadores les resultara más asombroso. En total fueron 55 segundos de fantasía digital que llevaron un año de programación.

2010: La cantante Katy Perry lanzó Firework (Pirotecnia), supuestamente inspirada en un pasaje de la novela En el camino, de Jack Kerouac.
“Las únicas personas para mí son los que están locos, locos por vivir, locos por hablar, deseosos de tener todo a la vez, los que arden, arden, arden como esas fabulosas velas romanas que explotan como arañas entre las estrellas”, En el camino

Redacción QUO